NUEVA YORK, 26 de mayo de 2018 – El Desayuno Nacional Católico de Oración celebrado el jueves en Washington, concluyó con una oración especial por Irlanda, la nación donde al día siguiente los votantes acudirían a las urnas para decidir si se eliminaban o no las estrictas cláusulas contra el aborto incluidas en la Constitución del país.
El sábado en la mañana, varios de los participantes en el desayuno de oración emitían declaraciones de dolor y desaliento: los sondeos a boca de urna indicaban que el país había votado abrumadoramente en favor de eliminar las cláusulas antiabortivas.
“El resultado del referendo de hoy es una gran tragedia para el pueblo irlandés y para el mundo entero”, dijo Marjorie Dannenfelser, presidenta de la Susan B. Anthony List en un comunicado.
“Mientras otras naciones occidentales, entre ellas Estados Unidos, han claudicado ante los grupos de presión pro-aborto, Irlanda ha sido un faro en la defensa de los no nacidos y sus madres”, dijo.
Jeanne Mancini, líder de la Marcha por la Vida, se hizo eco de esos sentimientos en un comunicado en el que expresa: “Los estadounidenses saben por experiencia que habrá muchas consecuencias graves e irreversibles tras esta decisión, entre ellas la pérdida de preciosas vidas”.
“Lamentamos la gran pérdida que esta bella nación sufrirá y oramos para que hallen la manera de revertir esta trágica decisión”, añadió.
Aunque los líderes del movimiento en defensa de la vida en Irlanda confiaban en que sería un voto cerrado, y que era posible lograr una sorpresiva victoria, los resultados de los sondeos a boca de urna realizados por la cadena RTÉ indicaban que casi el 70 por ciento de los votantes habrían votado a favor de la eliminación de la Octava Enmienda de la Constitución, que otorga a los niños no nacidos los mismos derechos de la madre.
El conteo oficial de los votos no ha terminado, y los resultados finales se esperan el sábado en la noche.
Ashley McGuire, dirigente de la Catholic Association, dijo que “la Campaña por la Revocación de la Octava Enmienda es un ejemplo clásico de colonización ideológica”.
“Fue importada y financiada por grupos extremistas pro-aborto desde fuera de Irlanda que no podían tolerar el hecho de que Irlanda hubiese demostrado que las mujeres no necesitan el aborto para progresar y prosperar”, dijo McGuire.
Irlanda ha tenido por muchos años las restricciones antiaborto más estrictas del mundo occidental, y por mucho tiempo ha estado en la mira de los grupos promotores del derecho al aborto. Un abogado de Planned Parenthood dijo una vez que Irlanda era “la joya de la corona del movimiento en defensa de la vida”.
Este año, un grupo de líderes de organizaciones pro-vida estadounidenses entregó al primer ministro de Irlanda Leo Varadkar, durante una visita a Estados Unidos, una carta en la que le pedían que no apoyara los cambios propuestos a las leyes sobre el aborto en su país.
En una entrevista con Crux, Maria McFadden Maffucci, presidenta de la fundación Human Life Review, describió los resultados de los sondeos como “devastadores”.
“Considerando los inmensos esfuerzos realizados por la Campaña para Salvar la Octava Enmienda en Irlanda, yo albergaba grandes esperanzas”, dijo.
“En lugar del proclamado paso adelante, esto es un retroceso en el tiempo”, dijo Maffucci. “Sabemos el efecto devastador que la legalización del aborto ha tenido en Estados Unidos: la muerte de millones de niños no nacidos, millones de madres, padres y hermanos lacerados, y un incremento en las tragedias sociales que supuestamente el aborto ayudaría a reducir, como el abuso infantil, la quiebra de la familia y la pobreza”.
“Irlanda podría haber sido servido de guía al resto del mundo si hubiese elegido aprender de la historia en lugar de condenarse a repetirla”, dijo.