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El catolicismo latino: ¿problema o solución?

El Centro Sheen de Pensamiento y Cultura es, como su nombre permite suponer, un espacio católico para debatir ideas y celebrar la enriquecedora interacción entre fe y cultura.

Anoche, cuando llegaba a su fin el Mes de la Herencia Hispana, el Centro Sheen fue la sede de un conversatorio que llevaba por título “El catolicismo latino”.

La sala, con capacidad para 274 personas, estaba repleta de un público en el que se destacaba la presencia de numerosos seminaristas y sacerdotes jóvenes. Algunos de los seminaristas conversaban en español antes del inicio del conversatorio, pero los hispanos no parecían ser mayoría.

El conversatorio estuvo auspiciado por la revista America y el padre Matt Malone, SJ, director de la revista, hizo la presentación. A continuación monseñor Nelson Pérez, obispo auxiliar de Rockville Centre, invitó a los presentes a rezar el Avemaría en español. Fue entonces que se hizo evidente que la inmensa mayoría del público hablaba castellano.

Los oradores principales de la noche fueron Timothy Matovina, profesor de Teología y Codirector del Instituto de Estudios Hispanos e Historia del Cristianismo de la Universidad de Notre Dame, y Valerie Torres, profesora adjunta de Educación Religiosa en la Universidad Fordham. La Dra. Torres ofreció una perspectiva de la comunidad hispana de los Estados Unidos, de sus estadísticas y principales rasgos culturales y religiosos.

El Dr. Matovina ofreció una magistral panorámica de la historia y el presente del catolicismo latino en Estados Unidos. En su plática, Matovina hizo énfasis en tres aspectos clave del catolicismo latino. En primer lugar, recordó que la presencia católica hispana precede en un siglo a la fundación de Jametown. Luego abordó el tema de la segunda herencia católica de Estados Unidos: los habitantes de las zonas de México anexadas por Estados Unidos en el siglo XIX. Y finalmente analizó la gran ola migratoria que comenzó a mediados del siglo XX y continúa hasta el presente.

Tras esta panorámica, Matovina afirmó que los hispanos no son sólo un “reto pastoral”, sino una riqueza para nuestra Iglesia; y que no son sólo el futuro de la Iglesia en Estados Unidos, sino también su presente. Y terminó recordándonos que el gran reto ahora, como lo ha sido con cada ola migratoria, es garantizar que las nuevas generaciones de hispanos nacidos en este país conserven la fe que trajeron sus padres inmigrantes.