“El consentimiento no es lo que determina el compromiso sino la entrega”, dijo Fernando Casanova en su Jornada de conferencias en San León Magno. El pasado 26 de abril en la parroquia San León Magno en Corona (Queens) se llevó a cabo la primera de una serie de tres conferencias del reconocido teólogo y predicador Fernando Casanova.

María Rodríguez, coordinadora del Comité de Evangelización del consejo pastoral de esta parroquia, sigue de cerca a este apologeta, conferencista y profesor universitario puertorriqueño ampliamente conocido tras haberse convertido del protestantismo al catolicismo en 2003.

Tras un arduo año de gestiones y empeños, este comité finalmente vio materializado el fruto de su trabajo en estas jornadas que contaron con profundas reflexiones y enseñanzas, música, oraciones y momentos de fraternidad.

Rodríguez agradeció de manera especial el apoyo del equipo pastoral encabezado por el padre William Hoppe, párroco de la iglesia, y a los vicarios parroquiales, el padre Johnson Chanassery y el padre Diego Villegas.

La respuesta por parte de los asistentes, no solo de esta comunidad parroquial sino de otras iglesias de Brooklyn y Queens, fue muy positiva y eso se reflejó en la numerosa participación durante los tres días del evento cuyo lema fue: Católico defiende tu fe.

“Sabemos que alrededor tenemos muchas iglesias de hermanos separados y que el 90% de ellos son católicos, entonces queremos preguntar ¿Por qué te fuiste de tu casa?, ¿Qué hay allá que no hay aquí?”, asegura Rodríguez.

“Quién mejor que Fernando Casanova, que fue por muchos años protestante, para que nos explique y nos hable de cómo podemos defender nuestra fe con argumentos sólidos cuando alguien viene con su Biblia y nos cuestiona. Tenemos que quitarle el polvo a nuestra Biblia y prepararnos, conocer el Concilio Vaticano II, prepararnos para una batalla interminable”, explica María Rodríguez.

Nuestra Voz habló con Fernando Casanova sobre los temas centrales de sus conferencias y entre ellos resaltó la importancia de la familia y como ésta es atacada por las tentaciones mundanas y las fuerzas del mal. “Sin la familia no hay nada, ella es la célula principal de la sociedad […] Sin familia no hay iglesia, sacerdotes, culto ni nada y el ‘diablito’, que es muy astuto, lo sabe y se ha enfocado en la familia no solo para paganizarla, sino para animalizarla mediante una estrategia basada en los instintos”, afirma Casanova.

“La verdadera razón por la que Dios me llamó –a la fe católica- es para que fuera santo, esa es la razón por la que el Señor nos llama a todos a esta iglesia, no solo para que nos salvemos, como afirman muchos hermanos separados que dicen ‘cree y te salvaste’; los católicos decimos que no basta con creer sino que hay que entregarse y hacer la voluntad del Señor desde ahora y perseverar en esta misión hasta el último día”, dice Casanova, quien explica que su conversión no fue producto de una experiencia mágica ni nada parecido sino de un proceso en el que reflexionó, maduró y profundizó en la fe católica.

“Los hermanos evangélicos dicen ‘cree que Jesucristo es el Señor y te salvaste y acéptalo como tu Señor y Salvador’, eso está bien, pero ¿qué decimos los católicos? ‘ que no basta con aceptarlo sino que tienes que entregarte a Él’ […] Cuando yo me casé, el ministro me preguntó ¿aceptas a Lissette? ‘si la acepto’ dije y le preguntó a ella ¿aceptas a Fernando? y ella dijo ‘si lo acepto’, pero ese consentimiento no es lo que lo hace un matrimonio sino la entrega”, explicó el teólogo.

Estas jornadas fueron sin duda una gran oportunidad de evangelización en las que los asistentes se hicieron muchas preguntas y lograron ver hacia adentro para evaluar cuánto camino falta por recorrer hasta poder convertirnos en los católicos que el Señor espera que seamos.

“El Señor te hizo un llamado a la santidad, no solo a ser bueno, porque bueno es cualquiera. Si crees que te realizaste como cristiano porque te portas bien, entonces cualquiera es cristiano. Si crees que te realizaste como cristiano porque vas a la iglesia, entonces hay mucha gente que es cristiana. Tenemos que atender a ese llamado particular a la santidad”, concluyó Casanova.