Por lo menos hasta octubre, los cruceros seguirán fuera de aguas estadounidenses por orden de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC). La prohibición es una respuesta a los nuevos brotes de coronavirus en Estados Unidos, que encabeza la lista de países donde el impacto de la pandemia ha recrudecido y las autoridades han tenido que frenar la reapertura de la economía en cada continente.
Lugares tan remotos como la región occidental china de Xinjiang, han tenido que implementar severas medidas para controlar los nuevos brotes del virus, que ahora elevan el número de casos confirmados a más de 14 millones a nivel mundial.
India superó el millón de casos y el pico de la epidemia parece estar lejos, con cada vez más contaminaciones en las zonas rurales y más de 25 mil fallecidos, colocándose en el tercer lugar de la lista de países después de EE.UU. y Brasil, quien a su vez sobrepasó la barrera de los dos millones de contagios y más 76 mil muertes —lo que se traduce en un promedio de mil decesos diarios desde finales de mayo.
Sin poder frenar los brotes, decenas de países advierten que las cifras podrían superar las proyecciones de los epidemiólogos, ya que la mayoría de infectados con el virus no logran llegar a los hospitales.
“La aceleración en los casos continúa como el principal desafío para la India en los próximos días”, señaló ante la prensa internacional el director del Instituto de Salud Global de Harvard, Ashish Jha, agregando que una inmensa mayoría de casos siguen sin contabilizarse en ese país y en el mundo entero.
En Ecuador, los militares han tomado el control del cumplimiento de restricciones por la pandemia en dos barrios de Quito, que sufren un alarmante incremento de contagios y el colapso de las unidades de cuidados intensivos en los hospitales.
En Venezuela, miles de personas que habían abandonado el país en un éxodo sin precedentes hacia Colombia, huyendo del régimen de Nicolás Maduro, se han visto obligados a regresar. “El gobierno tiene unos refugios improvisados donde los someten a cuarentena obligatoria por dos semanas, muchos se quejan de la mala alimentación o atención, por eso están optando pasar por los caminos verdes (trochas) evadiendo el control migratorio en la frontera y el control sanitario de descarte del coronavirus”, dijo a Nuestra Voz, un activista social que vive en Caracas, bajo el seudónimo de “Carlos”.
“Carlos” nos reveló que “un alto funcionario militar del gobierno de Maduro declaró que esos venezolano eran bioterroristas y armas biológicas humanas y que había que tratarlos como tal”. Y es que, tras la pandemia, unos cien mil venezolanos refugiados en Colombia se han quedado sin trabajo ni techo y han optado por regresar a sus hogares, aunque sea para sufrir necesidades y deban arriesgar sus vidas en el trecho de vuelta.
Igual de desconcertante son los reportes de la ciudad de Cochabamba, Bolivia, donde largas filas de personas esperan en las calles para comprar dióxido de cloro y tomarlo con la esperanza de combatir el coronavirus.
El actual gobierno del país no aconseja su consumo, al igual que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), pero a nivel local, simpatizantes del expresidente Evo Morales, que actualmente controlan el poder legislativo, lo promueven.
Según datos de la OPS, el dióxido de cloro es un gas utilizado como blanqueador que tiene capacidad de eliminar bacterias y otros microorganismos en medios acuosos. Sin embargo, no recomiendan ingerir o inhalar este compuesto bajo ninguna circunstancia ya que podría ocasionar graves efectos al organismo humano.
Del otro lado del mundo, Israel enfrenta otros retos. Restableció las medidas preventivas ante nuevos brotes, con un total oficial de cerca de 1,900 nuevos infectados en tan solo un mes. Entre las restricciones, se impusieron cierres de playas durante los fines de semanas y servicios limitados de restaurantes que solo podrán atender pedidos para llevar o a domicilio. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, advirtió que la población tendría que respetar las “medidas provisionales” para evitar otra cuarentena general.
En todo el mundo se han confirmado cerca de 14 millones de contagios, con más de medio millón de fallecidos, según las cifras oficiales de la Universidad Johns Hopkins. Los científicos advierten que las cifras reales son mucho mayores ya que hay varios elementos que no se toman en cuenta en los conteos, incluyendo el limitado acceso a las pruebas de detección y al cuidado médico en los países de mayor población y menos recursos en el mundo entero.