Nuestra Voz

El número 4 y las Sagradas Escrituras

Nuestra Voz cumple cuatro años. El cuatro es un número que aparece repetidamente en las Sagradas Escrituras, a veces con un valor simbólico. En este cuarto aniversario de nuestro periódico, los invitamos a volver sobre algunos

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pasajes que mencionan esa cifra. De hecho, el número cuatro aparece 305 veces en la Biblia. Estos son algunos ejemplos:

• En Génesis 1:14-19 se explica que el cuarto día de la creación, Dios creó el sol, la luna y las estrellas y con ello el día y la noche.

“Entonces Dios dijo: «Que aparezcan luces en el cielo para separar el día de la noche; que sean señales para que marquen las estaciones, los días y los años. Que esas luces en el cielo brillen sobre la tierra»; y eso fue lo que sucedió. Dios hizo dos grandes luces: la más grande para que gobernara el día, y la más pequeña para que gobernara la noche. También hizo las estrellas. Dios puso esas luces en el cielo para iluminar la tierra, para que gobernaran el día y la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Y Dios vio que esto era bueno. Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el cuarto día”.

• En Génesis 2:10-14 se menciona el río del Jardín del Edén, que se bifurcaba en cuatro brazos.

“Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates”.

• Según el profeta Ezequiel, el Espíritu Santo está sobre toda la Tierra y él menciona cuatro vientos, donde cada uno de ellos corresponde a un punto cardinal.

“Espíritu, ven de los cuatro vientos y sopla”. (Ezequiel 37:9)

• Todos conocemos los cuatro evangelios que narran la vida del Hijo de Dios en la Tierra. Son los evangelios según san Mateo, san Marcos, san Lucas y san Juan.

• En Marcos 4:3-8 en la parábola del sembrador Jesús menciona que hay cuatro tipos de tierra: la que está junto al camino, la que tiene muchas piedras, la de espinos y finalmente la buena tierra.

“Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno”.