ROMA—. El Papa ha concluido la Cumbre del Vaticano sobre la protección de menores y contra los abusos llamando a una movilización de la Iglesia católica para acabar con esta cuestión.
“Hago un sentido llamamiento a la lucha total contra el abuso de menores en todos los ámbitos, tanto en el sexual como en otros, por parte de todas las autoridades y de todas las personas, porque se trata de crímenes abominables que hay que extirpar de la faz de la tierra”, dijo la Papa en su discurso de clausura.
Francisco ha concluido la Cumbre con una propuesta de 8 puntos inspirados en la campaña de la Organización Mundial de la Salud contra la violencia infantil.
En el primero recuerda a los obispos que contra los abusos deben dejar de lado la idea de que en esta crisis hay que proteger el buen nombre de la Iglesia.
“Es necesario cambiar la mentalidad para combatir la actitud defensiva-reactiva de salvaguardar la Institución, en beneficio de una búsqueda sincera y decidida del bien de la comunidad, dando prioridad a las víctimas de los abusos en todos los sentidos”, dijo.
Las otras medidas incluyen entregar a los culpables a la justicia, reparar por el daño cometido, mejorar la selección y preparación de los candidatos al sacerdocio, y por supuesto no encubrir abusos.
“Son normas, no orientaciones”, recalcó el Papa, dejando claro su carácter obligatorio. “Ningún abuso debe ser jamás encubierto ni infravalorado (como ha sido costumbre en el pasado), porque el encubrimiento de los abusos favorece que se extienda el mal y añade un nivel adicional de escándalo”.
En el intenso discurso el Papa ha comparado los abusos con los sacrificios humanos; ha lamentado la extensión del fenómeno en ámbitos domésticos, educativos y deportivos; y ha dicho que es aún más grave en la Iglesia porque contrasta con su autoridad moral y su credibilidad ética.