CIUDAD DEL VATICANO (Por Carol Glatz/CNS)—. En la próxima cumbre sobre protección de menores, el papa Francisco quiere que los líderes de las conferencias episcopales del mundo entiendan claramente lo que tiene que hacerse para prevenir el abuso, atender a las víctimas y asegurar que ningún caso sea ocultado o encubierto.
“El Papa quiere que sea una asamblea de pastores, no una conferencia académica: una reunión caracterizada por la oración y el discernimiento; una reunión catequética y de trabajo”, dijo a los reporteros Alessandro Gisotti, director interino de la oficina de prensa del Vaticano, el 16 de enero.
La reunión del 21 al 24 de febrero sobre la protección de los niños en la iglesia “tiene un objetivo concreto: la finalidad es que todos los obispos entiendan claramente lo que necesitan hacer para prevenir y combatir el problema mundial del abuso de menores”, dijo Gisotti, leyendo un comunicado escrito en italiano y español.
“El papa Francisco sabe que un problema global puede resolverse solamente con una respuesta global”, dijo.
El Papa anunció en septiembre que estaba convocando en el Vaticano a los presidentes de las conferencias episcopales del mundo, a los directores de las iglesias católicas orientales y a los representantes de los grupos de liderazgo de las órdenes religiosas de hombres y mujeres para abordar la crisis y enfocarse en la responsabilidad, la rendición de cuentas y la transparencia.
“Para el Santo Padre es fundamental que cuando los obispos que vendrán a Roma regresen a sus países y sus diócesis, estén conscientes de las reglas que hay que aplicar y cumplan así los pasos necesarios para prevenir los abusos, para proteger a las víctimas, para no permitir que ningún caso sea ocultado o encubierto”, continuó Gisotti.
Admitió las “altas expectativas” en torno a la reunión y enfatizó que “la iglesia no está en la fase inicial de la lucha contra el abuso”.
“La reunión es una etapa a lo largo de un viaje doloroso que la iglesia ha emprendido incesante y decisivamente durante más de 15 años”, agregó.
La oficina del Vaticano dijo en un comunicado separado que el comité organizador de la reunión se reunió con el papa Francisco el 10 de enero. Los miembros del comité son los cardenales Blase Cupich de Chicago y Oswald Gracias de Mumbai, India; el arzobispo Charles Scicluna de Malta, secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe; y el padre jesuita Hans Zollner, presidente del Centro para la Protección de Menores en la Pontificia Universidad Gregoriana y miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.
Los miembros le informaron al papa acerca de sus preparativos para la reunión, que incluirá sesiones plenarias, grupos de trabajo y momentos de oración comunal y para “escuchar testimonios”.
El papa Francisco le ha pedido al padre jesuita Federico Lombardi, exdirector de la oficina de prensa del Vaticano, que sea moderador de las sesiones plenarias.
La reunión incluirá una liturgia penitencial el 23 de febrero y una Misa de cierre el 24 de febrero, dijo Gisotti.
“El papa Francisco garantizó su presencia durante toda la reunión”, según el comunicado.
El comité organizador ya le ha informado a los obispos participantes que deben reunirse con víctimas de abuso para prepararse para la reunión.
“El primer paso debe ser reconocer la verdad de lo que ha sucedido. Por esta razón, urgimos a cada presidente de conferencia episcopal a acercarse y visitar a víctimas que han sufrido abusos por parte del clero en sus respectivos países, antes de la reunión de Roma y aprender así de primera mano el sufrimiento que han padecido”, expresó el comité en una carta publicada el 18 de diciembre por el Vaticano.
El comité dijo que sin “una respuesta completa y comunitaria, no solo no lograremos curar a las víctimas/sobrevivientes de los abusos, sino que la credibilidad de la iglesia para llevar a cabo la misión de Cristo estará en peligro en todo el mundo”.
Los miembros también le habían enviado un cuestionario a los participantes para que “expresen sus opiniones de manera constructiva y crítica a medida que progresamos en la identificación de dónde se necesita ayuda para llevar a cabo reformas ahora y en el futuro y para ayudarnos a tener una visión completa de la situación en la iglesia”.
Ellos dijeron que el papa Francisco “está convencido de que, a través de la cooperación colegial, se pueden enfrentar los desafíos que tiene ante sí la iglesia. Pero cada uno de nosotros debe asumir este desafío, uniéndonos en solidaridad, humildad y penitencia para reparar el daño causado, compartiendo un compromiso común de transparencia y responsabilizando a todos en la iglesia”.