WASHINGTON — La Marcha por la Vida anual, en protesta por la decisión de la Corte Suprema de legalizar el aborto, no perdió el ritmo este año a pesar de que la decisión de la corte de 1973 fue anulada hace siete meses.
Decenas de miles se reunieron el 20 de enero en un día mayormente soleado pero ventoso en la capital de la nación, como lo han hecho durante casi 50 años, para enviar un mensaje a los legisladores y a la nación. Y aunque los participantes celebraron la reciente decisión de la corte en Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization, que anuló Roe vs. Wade, no se detuvieron allí, enfatizando la necesidad de continuar la lucha hasta que se promulgue una legislación contra el aborto a nivel estatal y federal.
Al comienzo de la manifestación, celebrada en el National Mall, Jeanne Mancini, presidenta del Fondo de Educación y Defensa de la Marcha por la Vida, preguntó dos veces a la multitud, compuesta principalmente por jóvenes: “¿Deberíamos seguir marchando?” a lo que todos respondieron con ovaciones.
Señaló, además, que la marcha anual, que se inició en 1974, “comenzó como una respuesta a Roe”, pero enfatizó que no “acaba como una respuesta al derrocamiento de Roe. ¿Por qué? ¡Porque aún no hemos terminado!
“Este año marca nuestra victoria más significativa”, dijo, pero agregó que “el abuso de los derechos humanos causados por el aborto está lejos de terminar”.
También señaló que los activistas “seguirán marchando” hasta que el aborto sea cosa del pasado y se vuelva impensable.
Algunos en la multitud hablaron con Nuestra Voz y se hicieron eco de esta misma opinión, enfatizando que aunque estaban complacidos con la decisión de Dobbs, también reconocen el trabajo que queda por delante a un nivel estatal.
“Es peor ahora”, dijo Cheryl Lambert, profesora de química que acompañó a un grupo de 68 estudiantes en dos autobuses a la marcha desde la Escuela Secundaria Católica Central en Grand Rapids, Michigan. La profesora afirmó que “la pelea está donde debe estar, cerca de casa”, pero está muy lejos de terminar.
De manera similar, un grupo de estudiantes de la Escuela Secundaria St. Agnes en St. Paul, Minnesota, dijeron que este año sintieron la necesidad de involucrarse aún más en tomar una posición asistiendo a la marcha anual.
“Ahora comienza la verdadera lucha”, dijo Elizabeth Grant, estudiante de último año.
David Guitter, estudiante de tercer año en la Universidad Ave Maria en Florida, dijo que inicialmente “dio un suspiro de alivio” después de la decisión de Dobbs, seguido de la comprensión de lo que esto significaría localmente en su estado de Florida.
A él se unieron otros estudiantes en la marcha, incluida Bridget Bogan, estudiante de segundo año, quien dijo sobre sus compañeros de marcha: “Estamos aquí para quedarnos… no nos hemos caído del mapa”.
Ese sentimiento fue el enfoque del día con el tema: “Próximos pasos: marchando en una América posterior a Roe”.
La procuradora general de Mississippi, Lynn Fitch, le recordó a la multitud que el caso de su estado provocó la decisión de Dobbs, y los alentó a seguir presionando por otros triunfos en el ámbito pro-vida. “Este año es diferente”, dijo a los manifestantes, pero agregó: “Este no es el final de nuestro viaje”.
Instó además a los participantes a canalizar el mismo espíritu que ha mantenido a los manifestantes durante casi 50 años mientras continúan trabajando por cambios en las leyes de aborto en todo el país.
Durante la manifestación, nueve representantes del Congreso subieron al escenario y dos se dirigieron a la multitud: el representante Steve Scalise, republicano de Luisiana, líder de la mayoría de la Cámara, y Chris Smith, republicano de Nueva Jersey, copresidente de la Comisión Pro-Vida del Congreso. Scalise agradeció a los jóvenes de la multitud por su activismo y los instó a continuar con la “siguiente fase de la batalla”.
Dijo que en cualquier batalla, es importante celebrar las victorias, “y vaya, obtuvimos una gran victoria hace solo unos meses cuando Roe fue derrocado”.
Scalise y Smith mencionaron los recientes proyectos de ley contra el aborto aprobados por los republicanos de la Cámara, y Scalise dijo que los jóvenes deben votar y hablar con sus representantes y hacer más para continuar con estos esfuerzos.
“Claramente, ha comenzado un nuevo debate nacional sobre el aborto”, especialmente a nivel estatal, dijo Smith.
Las celebridades que aparecieron en el escenario y también animaron al grupo a mantener su activismo incluyeron a Jonathan Roumie, mejor conocido por interpretar a Jesús en la serie de televisión “The Chosen”, y Tony Dungy, ex entrenador en jefe de la NFL con los Tampa Bay Buccaneers e Indianapolis Colts.
Este año, como en marchas anteriores, los participantes se vistieron con ropa de invierno para escuchar los discursos y después llenar las calles con pancartas, que decían “Elige la vida”, “Soy la generación posterior a Roe” y “Deja que la vida suceda”, aunque de esta vez caminaron por una ruta ligeramente diferente para pasar frente a la fachada oeste del Capitolio y terminar entre el Capitolio y la Corte Suprema.
Los organizadores de la “March for Life” describieron el cambio como un esfuerzo para “dar testimonio de la dignidad inherente de la persona humana por igual, tanto a los legisladores pro-vida como a los pro-aborto, ayudándoles a comprender que no dejaremos de defender a las mujeres y a los niños hasta que cada vida esté protegida”, enfatizando la necesidad de “marcar no solo nuestra victoria en Dobbs sino también nuestra necesidad de mantener una presencia en Washington”.
Antes de que la multitud saliera a la calle, Mancini les recordó el cambio de ruta y los alentó a detenerse y visitar a los miembros del Congreso y exhortarlos a “apoyar las políticas que afirman la vida”.
Mons. Michael F. Burbidge, obispo de Arlington, Virginia, quien es presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU., dirigió una oración al comienzo de la manifestación pidiendo la bendición de Dios para la multitud.
“Únenos mientras avanzamos hacia una América posterior a Roe”, oró, haciéndose eco de su mensaje la noche anterior en la Vigilia Nacional de Oración por la Vida en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción.
En su homilía en la vigilia, Mons. Burbidge señaló que aunque había motivo de celebración en la marcha de este año, los participantes deberían ver este momento como el comienzo de una “importante nueva fase de trabajo en el movimiento pro-vida” que requiere que los involucrados sean “tan incansables como siempre”.