Efraím Castaño nació en Medellín, Colombia, el 21 de diciembre de 1965 y llegó a Nueva York hace siete años.

En su país él trabajó como cantante en el municipio de Medellín en programas de desarrollo comunitario, llevando música y alegría a barrios marginales donde no existían espacios de sano esparcimiento.

Efraím tenía su propia agrupación llamada Compañía Tropical pero luego, por azar del destino, llegó a ser cantante de mariachi. Así que durante fechas especiales trabajaba con las emisoras La Mía y Olímpica Stereo llevando serenatas.

“Yo llegué a ser mariachi por accidente porque uno de aquellos días cuando trabajaba con el municipio llegó el grupo de mariachis pero no el cantante y fue cuando la dueña del grupo me invitó a que cantara con ella. Yo le dije que cantaba música tropical, pero ella me dijo: ‘No, pero usted tiene buena voz para el mariachi’. Así que luego me incliné por el género del mariachi porque vi que era más rentable y porque esa era la música que yo más escuchaba”, dice Efraím.

Luego él fue a Costa Rica, donde fue jornadista durante 6 años, y entre otros trabajos cantó con el grupo Mariachi Tijuana y, de la mano de la Embajada de Colombia, llevaron una muestra del folclor nacional presentándose durante las fiestas patrias y otras fechas significativas.

Posteriormente vino a Nueva York e incursionó con un grupo de mariachi de colombianos. Tiempo después se inició como cursillista en la parroquia Preciosísima Sangre.

Para Castaño la música es un trabajo alternativo en sus días libres ya que desde muy temprano trabaja como operador de máquinas en una compañía del sector aeroespacial que produce repuestos para aviones y satélites de grandes corporaciones como Boeing.