Imagínate lo que debió sentir nuestra Madre María cuando el ángel se le apareció y le dio la misma noticia. Un embarazo cambia nuestras vidas para siempre. Tu cuerpo, mente y emociones son afectados de maneras que quizás no esperamos o comprendemos en el momento, pero sin duda, son cambios necesarios para poder dar a luz.
Dice la Palabra que lo que vemos fue creado por lo que no vemos, (Heb 11, 3). Es decir, lo natural, lo que podemos ver, fue creado de lo sobrenatural, lo cual no podemos ver. Por esta razón, quisiera tomar el proceso natural de un embarazo y ver cómo este proceso natural también se aplica al ambiente sobrenatural de nuestras vidas.
Primer Trimestre del embarazo
Esta es la fase del embarazo donde se está formando todo el sistema nervioso, las manos, los pies y el corazón empieza a latir rápidamente. Están ocurriendo cambios que aunque no los puedas ver, suceden dentro de ti. Muchas veces, por no ver los cambios, creemos que Dios no está actuando, pero resiste la tentación de dejarte vencer por la duda y la confusión.
Ten la certeza de que Dios está obrando poderosamente en tu interior aunque tus ojos no lo puedan ver. Esta fase también es la más delicada del proceso. Es un tiempo donde hay que tener mucho cuidado para no perder el embarazo. De igual modo sucede en lo espiritual. Los inicios son los más peligrosos pues todavía estamos pequeños, débiles y sin forma. Cuando entendemos que Dios nos eligió desde antes de la creación del mundo para ser santos (Ef 1:3-4), y que en nosotros ha depositado una semilla preciosa, la semilla del propósito; el enemigo hará todo lo necesario para que pierdas o abortes el embarazo de Dios en tu vida. ¡No abortes el propósito de Dios!
Tu embarazo causará cambios que al principio, pueden ser molestos, dolorosos y hasta causen en ti emociones y sentimientos que antes no habías sentido. Pero, ¡es normal! ¡No te dejes vencer! Sigue respirando, orando y confiando. ¡Dios está contigo!
Segundo Trimestre
Aquí, la barriga empieza a crecer y el bebé empieza a desarrollar la habilidad de escuchar. La gente al verte, empezará a notar que estás embarazada. Cuando Dios empieza a obrar y transformar nuestras vidas, puede que no sea visible al principio, pero, ¿no sucede así con un embarazo? Tú podrás esconder un embarazo por un tiempo, pero cuando la barriga empieza a crecer no hay manera de esconderla. Así obra Dios en lo sobrenatural. Llegará el momento donde todos verán lo que Dios está haciendo en tu interior. Se manifestará en tu exterior y todos los que te vean te dirán:
— Hay algo diferente en ti. Tienes un brillo. Y tú con una sonrisa dirás: — Estoy embarazada.
Tercer Semestre
En esta última fase, por lo normal tus pies se hinchan bastante y la barriga está bastante grande, algo que hará un poco difícil poder caminar, pero es necesario seguir caminando. He escuchado a
muchas personas decir que antes de dar a luz, caminaron mucho y esto facilitó el proceso del parto.
Otra cosa que es importante decirte es que eventualmente, habrán dolores de parto, de esto no se escapa nadie. Para algunos, serán dolores tan fuertes que gritarán con tal fuerza que pareciera que los están matando, para otros no…
Por fuerte o débil que sea el dolor no dejes de caminar. Te aseguro que Dios es fiel y no te abandonará en el proceso. Es más, de vez en cuando aliviará tu dolor para que en el proceso puedas sentir Su mano de amor sobre ti. En resumen, aquí hay tres cosas para tomar en cuenta antes de dar a luz:
- Haz los cambios necesarios en tu vida para que puedas dar a luz.
- Procura no perder o abortar el embarazo. Esto se logra permaneciendo conectado a los sacramentos y viviendo una vida de santidad.
- Por último ¡tú no estás sola en el embarazo! ¡Dios está contigo y no te soltará en el proceso! ¡Así como Nuestra Madre María, tú también darás a Luz! Ya lo verás. ¡Créelo!