WASHINGTON (Por Rhina Guidos/CNS)—. La Oficina del Fiscal General del Estado de Nueva York acaba de anunciar que está iniciando una investigación de abuso sexual de menores por parte del clero de la Iglesia Católica, y al menos dos de las ocho diócesis del estado confirmaron haber recibido citaciones para acceder a sus registros.
En un comunicado de prensa del 6 de septiembre, la agencia dijo que buscaba “una investigación civil sobre cómo las diócesis y otras entidades de la iglesia, que son instituciones sin fines de lucro, revisaron y posiblemente ocultaron las acusaciones de abuso sexual extensivo de menores”.
Varios medios y agencias de noticias, incluyendo The New York Times y The Associated Press, informaron este 6 de septiembre que la procuraduría del estado habían enviado citaciones a las ocho diócesis de Nueva York: Albany, Buffalo, arquidiócesis de Nueva York, Brooklyn, Ogdensburg, Rochester, Rockville Center y Syracuse.
La procuradora general del estado, Barbara D. Underwood, también anunció el mismo día el establecimiento de una línea telefónica de denuncias directa, específicamente para aquellos que pudieron haber sido abusados por el clero.
En el portal oficial de la Fiscal estatal, se exhorta a las víctimas y a cualquier persona con información a llamar a la línea directa al 1-800-771-7755 o presentar una queja en línea en ag.ny.gov/ClergyAbuse.
Joseph Zwilling, director de comunicaciones de la Arquidiócesis de Nueva York, dijo a Catholic News Service en un correo electrónico del 6 de septiembre que “aunque acabamos de recibir la citación, no era una sorpresa para nosotros que la Fiscal General abriera una investigación civil, y encontrará que la Arquidiócesis de Nueva York y las otras siete diócesis del estado están listas y deseosas de trabajar juntas con ella en la investigación”.
Zwilling dijo que desde 2002, la arquidiócesis ha compartido con los fiscales de distrito del estado “toda la información que han solicitado sobre denuncias de abuso sexual de menores y ha establecido excelentes relaciones de trabajo con cada uno de ellos”.
“No solo proporcionamos la información que buscan, sino que también nos notifican cuando se enteran de una acusación de abuso, de modo que, incluso si no pueden presentar cargos criminales, podríamos investigar y eliminar del ministerio a cualquier clérigo que tenga un acusación de abuso creíble y justificada”, dijo.
La oficina del fiscal general dijo que había seguido el ejemplo del estado de Pensilvania y su investigación de registros que resultaron en un informe del gran jurado del 14 de agosto que detalla las denuncias de abuso sexual de menores por parte del clero que data de hace 70 años. Aunque el informe identificó más de 1,000 acusaciones por abuso sexual en Pensilvania, solo dos casos resultaron en procesamientos debido a que el estatuto de limitaciones había expirado en la mayoría de los casos.
“El informe del gran jurado de Pensilvania arrojó luz sobre los actos increíblemente perturbadores y depravados del clero católico, ayudados por una cultura de encubrimiento y secretismo en las diócesis. Las víctimas en Nueva York merecen ser escuchadas también, y vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para brindarles la justicia que merecen”, dijo la fiscal estatal de Nueva York.
Añadiendo que en Nueva York podría presentarse un escenario similar al de Pensilvania cuando se trata de enjuiciar cualquier acusado de abuso ya que “muchos casos pueden no ser procesables debido a los estatutos de limitaciones de Nueva York”.
La Diócesis de Albany en una declaración publicada el 6 de septiembre dijo que había contactado con la Fiscalía de Distrito de Albany, invitando a sus funcionarios a “revisar nuestros registros y observar cómo históricamente se manejaron casos de abuso sexual en la Diócesis Católica Romana de Albany, en qué medida se escuchó y creyó a los sobrevivientes, qué procesos se siguieron y qué consecuencias tuvieron”. La carta estaba dirigida a los feligreses.
En un correo electrónico a CNS, la directora de comunicaciones de Albany, Mary DeTurris Poust, confirmó que la diócesis había recibido una citación, y agregó que el obispo Edward B. Scharfenberger había orientado “hacer lo correcto, aunque no sea fácil”.
“Como el obispo Scharfenberger declaró en su carta a los católicos de nuestra diócesis, cuando tomó la decisión de pedirle al fiscal del distrito de Albany, David Soares, que revisara nuestros archivos, creemos que solo sacando a la luz pública lo que pueda estar oculto lograremos la verdadera sanación de los sobrevivientes y de nuestra iglesia”, dijo en el correo electrónico.
En Buffalo, donde la diócesis ha estado lidiando con los efectos de una serie de reportajes televisivos que alegan que el obispo Richard J. Malone no retiró a dos sacerdotes del ministerio después de recibir acusaciones de abuso, George Richert, director de comunicaciones, dijo que la oficina colaboraría con las autoridades estatales.
“Nuestra diócesis cooperará con cualquier investigación iniciada por el Fiscal General del Estado de Nueva York o el Fiscal del Distrito”, dijo en un correo electrónico a CNS.
Según la ley de Nueva York, solo los fiscales de distrito pueden remitir pruebas a los grandes jurados para investigar las denuncias penales y recomendar enjuiciamiento, siempre que los posibles cargos cumplan con la ley de prescripción, según el sitio web de la Asociación de Abogados del Condado de Nueva York.
Un día antes de que Nueva York anunciara su investigación, el Fiscal General de Nebraska solicitó a las tres diócesis del estado registros de abuso sexual que se remontan a 40 años atrás.
