Esta mañana, el Papa Francisco presidió la Santa Misa en la Basílica de San Pedro, donde dio apertura al Sínodo para la Amazonía, llamando a sus 185 participantes a reavivar el fuego del amor de Dios, ser fieles a la novedad del Espíritu con una prudencia audaz y resistir a las nuevas colonizaciones.
Además, recordó el Santo Padre, las cruces pesadas que cargan muchos hermanos de la Amazonía y su larga espera de la consolación liberadora del Evangelio y la caricia de amor de la Iglesia.
El Sínodo especial para la región de la Amazonía, fue convocado por el papa Francisco el 15 de octubre de 2017, con el objetivo principal de encontrar nuevas formas de evangelizar esa porción del pueblo de Dios, especialmente los indígenas, a menudo olvidados y sin la perspectiva de un futuro pacífico, también debido a la crisis de la selva amazónica, un pulmón de importancia fundamental para nuestro planeta.
La Panamazonía está formada por nueve países: Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Suriname, Guayana y Guayana Francesa, se trata de una región que es una importante fuente de oxígeno para toda la tierra, donde se concentran más de un tercio de las reservas forestales primarias del mundo. Es una de las mayores reservas de biodiversidad del planeta, conteniendo el 20% del agua dulce no congelada.
Por esto mismo, el Sínodo pretende cruzar las fronteras de lo meramente eclesial y convertirse también en un ambicioso proyecto civil y ecológico.
La población de este vasto territorio es de alrededor de 34 millones de habitantes, de los cuales más de tres millones son indígenas, pertenecientes a más de 390 grupos étnicos. Pueblos y culturas de todo tipo, algunos de ascendencia africana, campesinos, colonos, que viven en una relación vital con el bosque y las aguas del río.