WINDSOR TERRACE — El gobernador de Texas Greg Abbott promulgó una ley que prohíbe los abortos después de que se puedan detectar los latidos del corazón de un bebé, aproximadamente en la sexta semana de embarazo, lo que convierte a su estado en el más grande del país en promulgar un límite tan estricto sobre el aborto.

Según los expertos médicos, seis semanas es tan temprano en un embarazo que muchas mujeres ni siquiera se dan cuenta de que están esperando un hijo en ese momento.

El proyecto de ley, que Abbott firmó el miércoles 19 de mayo, entra en vigor en septiembre de 2021, y requiere que los proveedores de servicios de aborto verifiquen los latidos del corazón de un bebé antes de realizar un aborto y les prohíbe avanzar si estos se detectan.

La nueva ley hace una excepción para casos de emergencia, pero no para violación o incesto.

“Nuestro creador nos otorgó el derecho a la vida y, sin embargo, millones de niños pierden su derecho a la vida cada año debido al aborto. En Texas, trabajamos para salvar esas vidas. Y eso es exactamente lo que hizo la Legislatura de Texas en esta sesión”, dijo Abbott, quiene es católico, en la ceremonia de firma del proyecto de ley.

Según la ley actual de Texas, los abortos están prohibidos después de las 20 semanas, el punto en el que un bebé se considera viable y puede vivir fuera del útero materno después del nacimiento.

Una disposición de la ley de Texas recientemente firmada permite a los ciudadanos privados presentar demandas contra aquellas personas que ayudan a las mujeres embarazadas a violar la prohibición del aborto, incluidos los proveedores de servicios de aborto y los defensores del derecho al aborto.

La firma del proyecto de ley tuvo lugar dos días después de que la Corte Suprema de los Estados Unidos anunciara que escucharía un caso provida que involucra una ley de Mississippi que prohíbe la mayoría de los abortos después de las 15 semanas. Ese caso será escuchado en el otoño, y se espera una decisión la próxima primavera.

Los partidarios de la vida tienen la esperanza de que la mayoría conservadora de 6-3 del tribunal superior permita que se mantenga la ley de Mississippi.

El caso de Mississippi se considera el desafío más sustancial hasta ahora a la famosa decisión de la corte Roe V. Wade de 1973 que garantiza el derecho al aborto.