Gregorio Uribe nació en Bogotá (Colombia) hace 38 años y desde que tiene memoria la música ha sido su gran pasión. Haber nacido en la capital no fue impedimento para enamorarse de los ritmos caribeños como la cumbia y el vallenato. “Siempre me gustaba tocar instrumentos y en un momento un amigo me dijo ‘mire, tengo un acordeón por ahí guardado si quiere se lo presto y mira cómo le parece’. Siento que toqué tres notas y que quedé flechado”, dice.
“Tendría 5 o 6 años cuando en el momento de la cena agarraba el tenedor y el cuchillo y empezaba a tocar los platos hasta que dijeron bueno comprémosle unas baquetas a este ‘pelao’ pa’ que deje de molestar”, recuerda. Cuando le faltaba un año para graduarse del colegio se enfrentó a la decisión que definiría su futuro. “La música era un camino bastante obvio pero lo otro que me entusiasmaba en ese momento era la agronomía y creo que hubiera sido muy malo porque soy muy malo para la química y la ciencia”, comenta este bogotano para quien la idea de vivir en el campo es un proyecto que algún día espera cumplir.
Al graduarse del colegio emprendió un viaje con dos amigos tocando música por todo Suramérica por seis meses. “Llegamos hasta Ushuaia – final del continente americano en su extremo sur- y tocábamos en buses y en playas, dormíamos en casa abandonadas; una aventura muy bonita y me marcó mucho esa manera de compartir la música y también de enamorarme del folclore argentino y de la música brasilera”, comenta. Gregorio se considera percusionista de corazón. “La batería fue el instrumento que más trabajé en la universidad, aunque hoy no es algo que esté interpretando constantemente, mi manera de escribir la música y hacer los arreglos viene mucho de allí, lo veo como una gran ventaja y a cualquier músico le recomendaría que aprenda a tocar por lo menos algo básico de batería o de percusión”.“La guitarra también siempre me ha acompañado desde el lado del cantautor. Cuando me regalaron mi primera guitarra a los siete años más que tocar guitarra, lo primero que traté de hacer fue escribir canciones”, recuerda. Sin embargo, Gregorio reconoce que el amor de sus amores es el acordeón, instrumento que conoció siendo adolescente y, aunque toca otros instrumentos, sigue siendo su preferido.
“El acordeón para mí fue esa puerta, no solo al vallenato y después a la cumbia, sino a la música de Colombia, como a enamorarme de esa parte de mis raíces. También tiene que ver con ese fenómeno Carlos Vives de los 90’s que a las personas del interior nos empezaron a llegar esos ritmos”, afirma Gregorio, quien se acuerda que la primera canción que cantó de niño fue ‘El Testamento’, gracias a la popular novela ‘Escalona’.
Para 2003 Gregorio alistó maletas y llegó a la prestigiosa Berklee College of Music en Boston. “Entré a la universidad como baterista y me fui empezando a enamorar de los arreglos de jazz y de Big Band y entonces cuando me gradué en 2007 me fui para Nueva York y trabajé por mucho rato en el proyecto de mi disco anterior Gregorio Uribe Big Band, que combina esos ritmos que me gustan y que adoro de la Costa Caribe, pero con ese formato más de jazz […] Nueva York parecía ser el sitio más conectado con lo que llamaríamos World Music. La verdad es que me mudé y me apasioné por este lugar”.
Algo que disfruta de la Gran Manzana es “sentir esa comunidad latinoamericana y colombiana, experimentando con músicas tradicionales y sientes que somos varios en esa misma onda, como una cierta escena, experimental y no tan comercial”, explica. Gregorio Uribe fue nominado al Grammy Latino 2023 en la categoría Mejor Álbum de Cumbia Vallenato con su producción ‘Hombre Absurdo’ y asegura que dicho reconocimiento le “ha traído mucha alegría. Después de estar muchos años trabajando haciendo música, realizando giras, atendiendo entrevistas; como que sientes que es una palmadita en la espalda que te dice ‘por ahí vas bien’”.
“Estábamos en la misma categoría con artistas muy reconocidos y a los cuales yo admiro. Con la nominación yo ya me siento como si hubiera ganado y ha sido lindo para agradecerle también a toda la gente que ha formado parte del proyecto y a la gente en general que ha sido muy generosa con sus comentarios”, dice Uribe.
‘Hombre Absurdo’ fue su oportunidad de conectarse de manera más personal con su acordeón. “Quise conectarme con el instrumento, escribir desde el acordeón y tocarlo no solo para los demás sino para mí”, dice Gregorio.
Para este artista su última producción le permitió “descubrir que existían más ritmos de acordeón que lo que consideramos ritmos vallenatos entonces fue donde conocí la música de la cumbia sabanera, al maestro Carmelo Torres y otros maestros y me acerqué a otros ritmos más periféricos o menos conocidos que yo quería incorporar como la cumbia”.
Gregorio empieza el 2024 con el lanzamiento de un nuevo sencillo a ritmo de cumbia argentina, una colaboración con Solange Prat, una reconocida música argentina que es su pareja. “También viene un libro, así que será un año interesante”, anticipa Gregorio.
Por Marietha Góngora V.