CORONA – “¿Alguien sabe realmente qué hora es?” El grupo de rock Chicago se hizo esa pregunta en su famosa canción de 1969. No encontrará la respuesta si mira la torre del reloj de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores.
Eso es porque el reloj no funciona desde hace varios años y sólo acierta dos veces al día: sus agujas están congeladas a las 7:05.
Mientras tanto, el tiempo avanza, y también lo hace la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores. Este año es un hito para la parroquia, que celebrará el 150º aniversario de su fundación en 1872. Y para ayudar a que el aniversario sea aún más especial, la iglesia está renovando su reloj y su campana.
El reloj -el único de cuatro caras de toda Corona- es importante no sólo para los feligreses, sino para todo el barrio, según el padre Manuel De Jesús Rodríguez, párroco de esa iglesia. “Somos el corazón de esta comunidad”, dijo.

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Tanto el reloj como la campana se instalaron en la torre de Nuestra Señora de los Dolores el mismo año en que se erigió la actual iglesia, a principios de 1900. Dejaron de funcionar después de que un incendio en 2015 dañara el edificio.
Las cuatro esferas del reloj recibirán nuevas agujas doradas. La campana de bronce de 3 pies de altura será reparada y pulida hasta alcanzar un alto brillo. Se construirá un nuevo pedestal que permitirá que la campana se balancee hacia adelante y hacia atrás mientras da las campanadas, una nueva característica para la campana que antes era fija.
El trabajo preliminar ya ha comenzado para este proyecto de reparación de 130.000 dólares, que está siendo realizado por Verdin Design Group, una empresa con sede en Cincinnati, Ohio, especializada en la renovación de iglesias.
“Además de recordar a la gente el la hora de las celebraciones, también aporta un componente espiritual. También puede percibirse como una llamada de lo alto”, dijo el padre Rodríguez. “Es el momento de ir a misa, pero también se puede ver como ‘Dios me llama’. Eso puede ser muy poderoso”.
Señaló que las campanas de las iglesias adquirieron una importancia añadida en 2020, cuando se produjo la pandemia del COVID-19 y se cerraron las iglesias. El entonces obispo Nicholas DiMarzio puso en marcha la iniciativa “Campanas de la esperanza” y pidió a todas las iglesias de Brooklyn y Queens que hicieran sonar sus campanas todos los días a las 15 horas.
Para ayudar a pagar las reparaciones, la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores planea utilizar parte de los fondos que recaudó para el Annual Catholic Appeal de la Diócesis de Brooklyn.
En el marco del Annual Catholic Appeal, a las iglesias se les asigna una cuota, es decir, una cantidad límite que deben recaudar para la diócesis. Las iglesias que recaudan más que la cuota se quedan con el dinero extra.
Además, la parroquia está recaudando fondos mediante un sorteo especial, cuyo premio principal es un coche nuevo.
En junio, se volverá a instalar la campana de bronce recién reformada y la nueva esfera del reloj. Dos meses después, en septiembre, la iglesia celebrará su aniversario y tendrá la campana para llamar a los feligreses a la misa especial.