Jackson Heights, en Queens, es una de las zonas de Nueva York con mayor concentración de hispanos. Allí conviven colombianos, mexicanos, ecuatorianos, uruguayos, argentinos, hondureños y guatemaltecos, entre otras nacionalidades.
La visita del papa Francisco a México se vivió con mucha intensidad en este lugar de la ciudad. Los televisores de los restaurantes y de los locales comerciales sintonizaban cada paso del Papa en México. “Es algo maravilloso, hace seis meses tuvimos el privilegio de verlo aquí en Nueva York, ahora es una alegría saber que está en nuestro país”, comenta Carla Suárez, una mexicana que vive en Nueva York desde hace 10 años.
“Esta visita es muy importante para nosotros quienes buscamos una reforma migratoria; que el Santo Padre oficiara una misa en la frontera tiene mucho significado y esperamos que tanto el Presidente como las autoridades en este país así lo entiendan”, dice Rosa.
Pero Rosa no es la única que piensa que la visita del Papa a la frontera sirva para que en Estados Unidos se pueda conseguir la ansiada reforma migratoria. “Él es nuestra única esperanza, estoy seguro que él le dijo al presidente Obama que debía llevar a cabo la reforma y ahora en México es una confirmación de esta petición”, es la reacción de Jorge Quintero, un guatemalteco que trabaja en uno de los restaurantes de la zona.
“No me he perdido un solo momento de la visita del Papa, ahora estoy esperando con ansias la visita de Francisco a mi Colombia”, cuenta emocionada Claudia María, una colombiana que vive en Jackson Heights desde hace cuatro años.
En Nueva York, especialmente en Queens, se vivió muy de cerca la visita del papa Francisco a México. Y en este rincón del condado el Santo Padre estaba presente como si su visita no fuera a México, sino a Jackson Heights.
