WILLIAMSBURG – El padre Jeremías Castillo ha sido el vicario parroquial de la Iglesia de la Transfiguración desde 2018, pero recientemente recibió la incardinación, la aprobación formal del traslado de un sacerdote de una diócesis a otra.

En otro signo del liderazgo de la Diócesis de Brooklyn como “diócesis de Inmigrantes,” el Obispo Nicholas DiMarzio ha dado la bienvenida formalmente a un sacerdote que partiendo de su República Dominicana natal tuvo una gama de experiencias internacionales que enriquecen sus nuevas funciones en Nueva York.

Su camino hacia el ministerio sacerdotal de pleno derecho en la Diócesis de Brooklyn ha incluido: ser criado en la República Dominicana, realizar el seminario en Colombia, regresar a casa para ser ordenado en 2008 para la Diócesis de San Juan de la Maguana, comenzar el ministerio (y estudiar inglés) como sacerdote visitante en la Diócesis de Brooklyn en 2011, y viajar a Roma en 2015 para estudiar Derecho Canónico antes de tomar su puesto en Williamsburg unos años después.

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Hay razones para que su antigua diócesis en la República Dominicana lo eche de menos. El padre Castillo había servido a esa diócesis como canciller, asistiendo a su obispo en asuntos de gobierno, y como ecónomo, el funcionario que supervisa las finanzas y el presupuesto relacionado con 33 parroquias.

Ahora, en la Diócesis de Brooklyn, ha sido acogido en varias funciones y ha ayudado a la Iglesia a acoger a las comunidades locales de católicos.

“Estoy muy agradecido de que el obispo DiMarzio me haya dado la oportunidad de servir en esta diócesis”, dijo el padre Castillo, de 41 años. Hablando en español, dijo a través de un intérprete que está “muy feliz de estar aquí” en un lugar de diversidad.

Monseñor Anthony Hernández, párroco de la Parroquia de la Transfiguración, dijo que también se alegra de la presencia del padre Castillo.

“Ha sido una gran ayuda para mí en la parroquia, y ha asumido muchas de las responsabilidades pastorales, especialmente porque hemos estado tratando con muchos asuntos a nivel de la diócesis”, dijo Monseñor Hernández. “Ha sido capaz de asumir las responsabilidades pastorales, y la gente realmente le tiene mucho cariño”.

El padre Castillo dijo que disfruta celebrando la misa diaria de la parroquia a las 9:30 de la mañana, donde asisten hasta 90 fieles, ue se dicen ‘fans’ de sus homilías. También le gusta llevar la comunión a los ancianos y a los que no pueden salir de casa.

La Iglesia de la Transfiguración tiene una población mayoritariamente latina, con inmigrantes de la República Dominicana, México, Ecuador, Honduras y Colombia.

El padre Castillo dice que se ha sentido como en casa desde el momento en que fue recibido en la parroquia como sacerdote visitante en 2011.

Monseñor Hernández le animó pronto a estudiar derecho canónico en Roma. El párroco dijo que estaba impresionado con su intelecto. “Fue su proceso de pensamiento -la forma en que es capaz de manejar las cosas- y por lo que escuché, las cosas que tuvo que manejar en su diócesis de origen me hicieron pensar que definitivamente tenía la capacidad de lidiar con asuntos complejos y desafiantes”.

Ahora que está bien versado en la ley de la Iglesia, el Padre Castillo ha estado manejando asuntos desafiantes como Defensor del Vínculo en los procedimientos de anulación en el Tribunal de la Diócesis de Brooklyn. Nombrado para ese puesto el año pasado, su trabajo consiste en defender la validez de un matrimonio en el procedimiento del tribunal y, si es necesario, presentar pruebas para refutar la solicitud de anulación del demandante.