WASHINGTON (CNS) – Nueve días después de que la Iglesia Católica declarara santo al arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, un juez salvadoreño ordenó la captura de un excapitán militar a quien por mucho tiempo se le ha sospechado en el asesinato del líder religioso en 1980 mientras celebraba Misa.
El juez Rigoberto Chicas ordenó el 23 de octubre la captura por autoridades nacionales o internacionales de Álvaro Rafael Saravia, quien por muchos años ha sido uno de los sospechosos del asesinato. Se le considera prófugo de la justicia. La orden no es la primera de ese tipo contra Saravia.
Saravia fue arrestado en 1987 en Miami y por años ha enfrentado una variedad de procesos legales en El Salvador que no han dado resultado debido a una ley de amnistía que por mucho tiempo impidió la prosecución de violaciones de derechos humanos por parte de militares durante la guerra civil del país que duró desde 1980 hasta 1992.
Pero esa ley fue declarada inconstitucional por la corte suprema del país en 2016 y el caso del asesinato del arzobispo se reabrió el año siguiente.
El día antes de su asesinato en San Salvador, el 24 de marzo de 1980, san Romero exigió a los soldados que dejaran de seguir ordenes de matar a personas inocentes y pidió durante sus tres años como arzobispo de San Salvador un paro a la violencia que sufría el país centroamericano. El conflicto duró otros 12 años después y más de 70,000 salvadoreños murieron.
Al ordenar la captura de Saravia, el juez Chicas dijo que existen “declaraciones testimoniales” de que Saravia participó en la comisión de ordenes relacionadas con la muerte de san Romero.
La Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas también ha acusado en el pasado a otro militar salvadoreño, el mayor Roberto D’Aubuisson, un líder de la derecha sospechoso de organizar a escuadrones de la muerte en el país, de ser el arquitecto del asesinato del arzobispo. D’Aubuisson murió de cáncer en 1992 y nunca fue formalmente acusado.
La orden del juez se dio a conocer nueve días después de la canonización del arzobispo en una ceremonia en el Vaticano el 14 de octubre. María Luisa de Martínez, hermana de D’Aubuisson y fundadora de la Fundación Arzobispo Romero, estuvo presente.