El futbolista uruguayo Alexis Viera nació el 18 de octubre de 1978. Desde muy pequeño supo que el fútbol era su pasión. Ser portero era su sueño.
Debutó en 1995, a los 17 años, en el Racing de Montevideo. Desde esos primeros partidos mostró ser un muy buen arquero. Jugó en el Peñarol y el Nacional de Uruguay; en el Ñublense de Chile; en Colombia ha jugado para el América de Cali y para el Dépor F.C.
El 25 de agosto de 2015, Alexis retiró dinero de un banco en un centro comercial de Cali, Colombia. Dos personas lo siguieron hasta su casa y antes de entrar intentaron robarle. Él forcejeó con los ladrones y uno de ellos golpeó a su esposa y le disparó a él. Inmediatamente fue trasladado a la clínica Valle de Lili, donde los médicos dijeron que su estado era crítico.
“Se decidió que requería una intervención urgente porque presentaba heridas en ambos lóbulos del pulmón izquierdo”, dijo en rueda de prensa el Dr. Alberto García, médico del centro asistencial.
El Dr. García dijo, en su momento, que Viera tenía una lesión medular y que el jugador no podía mover las extremidades inferiores. Los médicos les explicaron a él y a su esposa que las posibilidades de que volviera a caminar eran casi nulas. Eso fue lo más difícil de escuchar para Alexis. Pero este guerrero uruguayo estaba decidido a volver a caminar. “El mejor médico es Dios”, dijo Viera.
En diciembre de 2015, cuatro meses después del accidente, Viera lo logró: volvió a caminar. Noticias RCN presentó en exclusiva el momento en que Viera dio sus primeros pasos. Ese día, “El Pulpo”, como es conocido, dijo: “No hace 4 meses estaba internado. Llorando le dije a la gente que iba a caminar, con rebeldía que tenía por dentro. Hoy la estoy transformando en alegría”.
El proceso no fue fácil. “Me levanto a las 6 de la mañana, llego a la noche a la casa, con dolor en las piernas”, explica Viera. No solo luchó contra su accidente, en ocasiones tuvo que hacerlo ante el pesimismo de los doctores, pero allí actuó esa fortaleza mental que le permitió ser figura en los partidos de Copa Libertadores o del torneo local, “donde tenía que emplearme a fondo para no perder la concentración”.
Pero la fortaleza mental no fue lo único que le ayudó, su fe realmente movió montañas. “Yo buscaba una palabra de motivación, pero no la encontré. Me decían que «vamos a hacerte independiente, que en la silla de ruedas vas a hacer todo». A ellos les digo que les den esperanza a la gente, que Dios es el médico importante”.
El mensaje que Viera quiere dar a las personas que están en su situación es “que no se entreguen, que va a haber dolor, tristeza, angustia: yo muchas veces lloré, pero cada mañana me levantaba fuerte”.