JOAN DE JESÚS LLEGÓ A ESTADOS UNIDOS hace diez años en compañía de Carolina, su esposa, buscando nuevas oportunidades para ellos y sus tres hijos. Joan nació en Santiago de los Caballeros, República Dominicana.

En su país natal tenía un local de servicios de reparación de teléfonos celulares y otros productos electrónicos. Había aprendido ese oficio desde sus 17 años, y con la experiencia acumulada, un buen día decidió comenzar su propio negocio.

Luego surgió la idea de iniciar una nueva vida en los Estados Unidos. Dejaron a un familiar al frente de su local como una alternativa que ayudaría a su sustento mientras se aventuraban a buscar su futuro en otro país. Era el respaldo que tendrían mientras lograban cierta estabilidad económica lejos de casa.

Lamentablemente sus planes no salieron como esperaban y debido a que la administración de aquel local no fue la mejor, se vieron obligados a venderlo y así pagar las deudas que hasta entonces se habían acumulado. En aquel momento difícil, la pareja tomo los ahorros que habían logrado acumular aquí y el dinero que había quedado luego de cumplir con todas sus obligaciones en Santo Domingo, y así, en 2010 Joan y su esposa abrieron su negocio en Bushwick (Brooklyn).

“Yo tenía un trabajo aparte del local y era una buena entrada, pero decidí dedicarme de lleno. Me quedé tiempo completo frente al negocio y gracias a Dios nos ha ido bien”, dice este joven emprendedor quien en su negocio ofrece servicios como activaciones de líneas telefónicas, mantenimiento de computadores y tabletas, reparación y venta de celulares y accesorios, etc.

Su negocio hoy se ha consolidado entre los residentes del área y es el resultado de un arduo trabajo de 16 años, es el fruto de la entrega y del esfuerzo que un día él y su esposa decidieron poner en esta apuesta hecha en pareja.

Joan y Carolina de Jesús son un claro ejemplo de que el camino hacia el éxito en los negocios no es un continuo ascenso. Muchas veces los obstáculos sirven para replantearse qué estamos haciendo mal y para reflexionar sobre cómo podemos mejorar.

Los obstáculos son también como los descansos de una larga escalera, que existen para tomar fuerzas y un nuevo aire. Debemos convertirlos en oportunidades para corregir y seguir adelante con la tranquilidad y la seguridad de haber construido un camino sólido basado en buenas decisiones.