NUEVA YORK – La hermana Margaret Ann recuerda un momento de la semana pasada cuando un estudiante de la escuela secundaria Archbishop Coleman Carroll que estaba pasando por dificultades familiares la miró a los ojos y le dijo: “Hermana, te amo más que a mi madre. Significas más para mí que mi madre. Te preocupas por mí más que por mi mamá”.
“Un estudiante nunca debería tener que decirle eso al director de su escuela secundaria”, dijo la hermana Margaret Ann, directora de la escuela secundaria de la Arquidiócesis de Miami. “Pero el hecho de que Dios nos haya permitido participar en la vida de al menos un joven y hayamos marcado una diferencia en su vida, es algo enorme”.
La hermana Margaret Ann compartió ese momento con Crux como parte de una explicación sobre por qué cree que la inscripción de la escuela aumentó un 30 por ciento, de 262 estudiantes a principios del año pasado, a 401 estudiantes al presente. La hermana carmelita dice que el aumento en la inscripción no se debe tanto a que las familias cambien a una educación privada con ocasión de la pandemia de COVID-19, sino mas bien al mayor enfoque que la escuela puso en la formación del niño y en estar presente en sus necesidades.
“Nuestros padres están buscando escuelas basadas en valores donde saben que sus estudiantes estarán seguros y cuidados”, dijo la hermana Margaret Ann. “A mis maestros les encanta lo que hacen y sí, les enseñamos a leer, escribir, aritmética, y realmente amamos a nuestros hijos y antes de la escuela, después de la escuela, los estudiantes interactúan con nuestra facultad y el personal y los estudiantes saben que realmente los amamos y nos preocupamos por ellos”.
Aunque no tanto como la Escuela Secundaria Archbishop Coleman Carroll, las escuelas católicas de la Arquidiócesis de Miami en su conjunto han experimentado uno de los mayores aumentos porcentuales de inscripción en la nación este año. Hay 27,400 estudiantes en las 58 escuelas católicas arquidiocesanas (ocho escuelas secundarias y 50 de primaria) en comparación con los 25,928 del año pasado, según Jim Rigg, superintendente de las escuelas católicas de la Arquidiócesis de Miami. Eso es bueno para un aumento de alrededor del 5,4 por ciento.
Rigg atribuye parte del éxito de la arquidiócesis al privilegio que tienen para tomar decisiones al margen de las influencias políticas y burocráticas que afectan a otros sistemas escolares. Tomemos, por ejemplo, el enfoque de la arquidiócesis sobre las máscaras en las aulas. En Florida, un estado que ha prohibido el uso obligatorio de máscaras en las escuelas, la arquidiócesis ha adoptado un enfoque más matizado que las escuelas públicas no pueden.
Las escuelas arquidiocesanas actualmente requieren máscaras en el interior en todo momento, a menos que una familia presente una prueba de vacunación de que su hijo ha sido completamente vacunado o un formulario de consentimiento para optar por no usar máscaras, dijo Rigg. Señaló, además, que son flexibles para cambiar la orientación como mejor les parezca en función de la situación del COVID-19 en ese momento, como lo han sido con todos los protocolos y orientación durante la pandemia.
“Muchas de las familias de escuelas católicas con las que he hablado, particularmente aquellas que vienen a nosotros por primera vez, hablan sobre la relativa falta de drama que ven en las escuelas católicas”, dijo Rigg a Crux. “Estamos tratando de ser motivados según las necesidades reales de nuestros estudiantes para que podamos tomar las decisiones que mejor se adapten a nuestras necesidades y creo que nuestras familias lo aprecian”.
La hermana Margaret Ann reconoció que transitar la pandemia ha sido “muy fatigoso” y “extremadamente estresante”. Sin embargo, señaló que el enfoque de la arquidiócesis y el compromiso de la escuela paramantener a los estudiantes en las aulas les ha permitido prosperar.
“La conclusión es que los maestros estaban dispuestos a hacer todo lo posible para ayudar a los estudiantes y nuestros padres y estudiantes han estado muy agradecidos de que hayamos podido estar abiertos la mayor parte del tiempo”, dijo la hermana Margaret Ann. “Querían que nuestros alumnos estuvieran en el campus y, al mismo tiempo, nuestros alumnos y padres asumieron la responsabilidad de mantenerse saludables para que nosotros mantengamos saludable a nuestra comunidad escolar”.
“Debido a que hemos operado como nuestra familia Carroll y nos preocupamos los unos por los otros, hemos tenido muy pocas dificultades con el COVID-19”, continuó.
Más allá de la Arquidiócesis de Miami, la inscripción en las escuelas católicas ha aumentado en todo el país para el año escolar 2021-2022. La inscripción en escuelas católicas este año es de 1.688.417, casi un 4 por ciento más que en el año escolar 2020-2021, cuando la inscripción fue de 1.626.291, según Margaret Kaplow, vicepresidenta de comunicaciones de la Asociación Nacional de Educación Católica. Si bien el salto de inscripción es significativo, las cifras no han alcanzado la inscripción anterior a la pandemia de 2019-2020 de 1,737,297, según datos de la NCEA.
Kaplow le dijo a Crux la semana pasada que el brazo de investigación de la organización aún está finalizando los datos para este año escolar. Aunque anticipa que el aumento del porcentaje de inscripción final se mantendrá por encima del 3.5 por ciento. Los datos finales deberían estar disponibles dentro de las próximas dos semanas, dijo.
La Diócesis de Brooklyn, una de las diócesis más grandes del país en términos de matriculación en escuelas católicas, fue otra diócesis que experimentó un aumento en la matriculación. La inscripción total en la diócesis para el año escolar 2021-2022 fue de 30.894, según Ted Havelka, director diocesano de gestión de inscripción y asistencia financiera. Esa cifra incluye un aumento del 2,4 por ciento en la inscripción de preescolar para octavo grado, de 19.147 a 19.613, dijo Havelka.
Él también atribuyó el éxito al enfoque de las escuelas.
“Ese es un testimonio del arduo trabajo, la dedicación y el cuidado de los maestros, directores, párrocos y líderes”, dijo Havelka a Crux. “Hay mucha gente haciendo todo lo posible por los niños y poniendo las necesidades de los niños por encima de todo y los padres pueden ver eso”.
Rigg también dijo que la inscripción preescolar ha sido clave para el aumento de la inscripción en la Arquidiócesis de Miami. Aunque, señaló que siete de las ocho escuelas secundarias arquidiocesanas están llenas con listas de espera. La única que aun no está llena es la Escuela Archbishop Coleman Carroll.
La Hermana Margaret Ann dijo que incluso con ese gran salto en la inscripción, podrían aun acomodar a otros 200 estudiantes. Ella dijo que continúan haciendo correr la voz porque quieren atender a la mayor cantidad de estudiantes posible, aunque, en realidad, no les preocupa la cantidad total de estudiantes.
“Queremos mantener el tamaño de nuestras clases pequeño. Quiero que mis maestros no se sientan sobrecargados de trabajo o sobrecargados por tratar de lidiar con un gran número de personas”, dijo la hermana Margaret Ann. “Nos gusta lo pequeño, amigable, familiar, y esto parece estar funcionando para nuestros estudiantes. Está marcando una diferencia para ellos y estamos aquí para servirlos y cuidarlos”.