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¿Eres libre o esclavo?, pregunta el Papa a los católicos

Roma — En la homilía de la misa matutina celebrada en la casa Santa Marta, el pasado viernes 13 de abril, el Papa Francisco reflexionaba sobre el don de la libertad, que nos es entregado sólo a través de Jesús. ¿Soy libre o esclavo? es la pregunta que deben hacerse los católicos de hoy en día en un mundo que parece dominado por superficiales esclavitudes diarias.

“¿Mi libertad es cristiana¿ ¿Soy libre? ¿O soy esclavo de mis pasiones, de mis ambiciones, de las riquezas, de la moda, de tantas cosas…?”, preguntaba el Santo Padre.

“Parece una broma, pero ¿cuánta gente es esclava de la moda?”, advertía Francisco.

Recordando pasajes de las vidas del fariseo Gamaliel, los apóstoles Pedro y Juan y el mismo Jesús, el pontífice alentaba a pensar con radical honestidad si somos libres o esclavos en “un mundo actual que parece un poco esquizofrénico. Grita: ‘libertad, libertad, libertad’, pero es más esclavo, esclavo, esclavo que nunca”.

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Dios nos entrega la libertad a través de Jesús

Reflexionando sobre la primera lectura de la liturgia, tomada de los Hechos de los apóstoles (5, 34-42), y el pasaje sobre la multiplicación de los panes y los peces (6, 1-15), del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan, el Papa reiteró que la libertad de la que hablamos en este tiempo pascual es la libertad de los hijos que nos ha donado Jesús con «su obra redentora».

“Pensemos en nuestra libertad que Dios nos entrega a través de Jesús”, dijo.

El Papa recordó a la primera persona libre sobre la cual reflexiona la liturgia en este día: Gamaliel, el fariseo que convence al sinedrio para que liberen a Pedro y Juan, encarcelados por sanar a un paralítico.

“Gamaliel es un hombre libre, piensa lucidamente, los hace razonar, los convence, el tiempo hará su trabajo. El hombre libre no tiene miedo del tiempo, deja actuar a Dios, deja espacio para que Dios actúe en el tiempo.

El hombre libre es paciente. Y ése era un judío. No era un cristiano, no había reconocido a Jesús Salvador. Pero era un hombre libre. Formula su pensamiento, lo ofrece a los demás y es aceptado. La libertad no es impaciente”, dice el Papa.