Ante más de 10000 personas de todo el mundo, en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco pronunció la tradicional catequesis de los miércoles en la que abordó el capitulo 5 del libro de los Hechos de los Apóstoles recordando que los enfermos son los privilegiados de la Iglesia y no deben ser tratados como descarte, sino transformarse en el objeto de nuestro cuidado y atención.
“La Iglesia naciente se muestra a sí misma como un “hospital de campaña” que acoge a las personas más débiles, es decir, los enfermos” dijo Papa mientras exhortó a los católicos a oponerse a la cultura del descarte reconociendo en los enfermos y débiles a “los privilegiados para la Iglesia y para el corazón sacerdotal.”
A decir del Santo Padre es “en las heridas de los enfermos” donde tenemos que aprender a descubrir una presencia constante de Jesús “que nos llama a cada uno de nosotros para cuidarnos, apoyarnos, sanarnos.”
Finalmente Francisco hizo un fuerte llamado a “no asustarnos frente a aquellos que nos ordenan guardar silencio, nos calumnian e incluso atentan contra nuestras vidas”, haciendo nuestra la respuesta que los apóstoles dieron a los saduceos frente a las prohibiciones de predicar y realizar la obra que el Señor les había mandado: Nosotros obedecemos a Dios antes que a los hombres (Hch 5,29)”
El Pontífice terminó su discurso pidiendo a Dios “que nos fortalezca internamente para estar seguros de la presencia amorosa y consoladora del Señor.”