APOCAS CUADRAS DE LA ESTACIÓN de Grand Street, en Williamsburg, Brooklyn, se encuentra Bahía Restaurant. Es un negocio familiar con una historia accidentada. Sus propietarios no llegaron a Estados Unidos buscando un mejor futuro, sino sobrevivir.
Cuando el salvadoreño Luis Palomo iniciaba sus estudios universitarios en Administración de Empresas en su natal Salvador, la Guerra Civil estaba en pleno auge. Ambos bandos reclutaban niños y jóvenes para tomar las armas. Sus padres decidieron que él y sus hermanos huyeran del país con destino a Estados Unidos donde algunos familiares los esperarían en California.
Han pasado 31 años desde entonces. Hoy Luis recuerda cuando él y sus hermanos llegaron a Nueva York. Él tenía 18 años y comenzó a trabajar y a estudiar inglés. Trabajó en un restaurante como lavaplatos, asistente de cocina, mensajero, cajero… Tres años después era el manager del lugar.
Con el tiempo, el dueño decidió abrir el restaurante de sus sueños: un lugar elegante de comida italiana. Félix Palomo, el hermano de Luis, sería el chef. El dueño lo envió a Italia a aprender los secretos de la cocina de ese país.
Sin embargo, con el tiempo su jefe se vio obligado a vender el restaurante y los hermanos Palomo tuvieron que pensar en otra alternativa, aunque su jefe les había asegurado que no los dejaría sin trabajo. Hoy Luis afirma que de él aprendió todo lo que le serviría en el futuro para poner un negocio con sus hermanos Orlando, Félix y Carlos.
“Luego se presentó la oportunidad aquí donde estamos ahora”, dice Luis, que se asoció con sus hermanos Félix y Orlando para pagar el alquiler del local. El dueño era un ecuatoriano que con el tiempo se convertiría en su cuñado, y que les alquiló un espacio en su propia tienda para vender las típicas pupusas. La respuesta de los compradores fue tan buena que los animó a emprender un negocio propio.
Los primeros meses fueron muy difíciles, porque además de trabajar largos turnos con su anterior jefe también debían dedicarle tiempo a su naciente negocio. Orlando, su hermano mayor, fue quien se dedicó completamente al restaurante durante los primeros años, mientras que Luis y Carlos iban luego de sus horas regulares de trabajo y en sus días libres.
Hubo un momento en que pensaron cerrar el negocio, pero Luis y Carlos decidieron renunciar a su otro trabajo y dedicarse de lleno al restaurante: Carlos en la cocina y Luis en la administración.
Hoy el restaurante ofrece una gran variedad de platos salvadoreños, italianos y latinoamericanos a buenos precios. Este es un negocio próspero que ha generado 19 empleos y funciona como una sociedad familiar. Toda la familia trabaja allí: Carlos y Félix son chefs y Luis aprendió por sí mismo a ser un buen administrador de empresas. “Todo se dio como un plan de Dios”, asegura Palomo.
BAHÍA RESTAURANT
690 Grand St,
Brooklyn, NY 11211
Tel. (718) 218-9592
www.bahia-restaurant.com