Cincuenta años después de su asesinato en 1968, los líderes católicos en los Estados Unidos dicen que el legado de Martin Luther King Jr., especialmente su determinación de cumplir la voluntad de Dios, continúa inspirando a la Iglesia en sus propios esfuerzos para vencer el racismo.
En una declaración emitida por el Comité Administrativo de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) a fines de marzo, se dice que King fue aclamado por su compromiso inquebrantable “con su principio de resistencia no violenta, enfrentando años de humillaciones, amenazas y violencia por la causa de la justicia”.
“El Dr. King llegó a Memphis para apoyar a los mal pagados y explotados trabajadores de limpieza afroamericanos, en un avión que estaba bajo amenaza de bomba. Sintió que Dios lo había llamado a la solidaridad con sus hermanos y hermanas necesitados”, continúa la declaración.
“En su discurso final la víspera de su muerte, el Dr. King hizo referencia a las múltiples amenazas en su contra, y dejó claro que le encantaría tener una vida larga, pero que lo más importante para él era su deseo de simplemente cumplir la voluntad de Dios”, dijeron los obispos.
“La mejor manera en la que podemos honrar al Dr. Martin Luther King y preservar su legado es pidiéndole con audacia a Dios, hoy y siempre, profundizar nuestro compromiso de seguir su voluntad donde sea que nos guíe en la misión de promover la justicia”, concluyó la declaración.
King fue un ministro bautista y activista de los derechos civiles que partiendo de sus creencias cristianas estableció su compromiso de luchar de manera no violencia contra la discriminación racial. En 1965 organizó históricas marchas desde Montgomery hasta Selma, Alabama, que sirvieron de catalizador para que miles de afroamericanos lucharan por sus derechos civiles.
El 4 de abril de 1968 fue asesinado en Memphis (Tenn.), A la edad de 39 años.
Dirigiéndose al Congreso de los Estados Unidos en septiembre de 2015, el Papa Francisco hizo referencia a “Tengo un sueño”, al famoso discurso de King en el National Mall, en 1963, en el que visualizaba el fin del racismo en Estados Unidos.
“Ese sueño continúa inspirándonos a todos”, dijo Francisco. “Estoy feliz de que Estados Unidos siga siendo, para muchos, una tierra de ‘sueños’. Sueños que conducen a la acción, a la participación, al compromiso. Sueños que despiertan lo más profundo y verdadero en la vida de un pueblo”.
En el período previo a la conmemoración del 50º aniversario de la muerte de King, los líderes católicos de todo el mundo han declarado su compromiso con la justicia.
El padre John Jenkins, presidente de la Universidad de Notre Dame, recordó la “voz profética” de King en un comunicado publicado este martes.
“La voz de King sigue resonando hoy, al darnos cuenta cuanto nos queda aún por avanzar para realizar su sueño”, continuó el padre Jenkins.
Al comienzo del año académico 2017-2018, el padre Jenkins dijo que las universidades católicas ofrecen una contribución específica a la lucha contra el racismo a través de su creencia en la dignidad de la persona humana y el compromiso con las comunidades más vulnerables.
El padre Theodore Hesburgh, presidente de Notre Dame durante 35 años, fue un prominente activista de los derechos civiles quien trabajó junto a Martin Luther King Jr.
A principios de esta semana, el arzobispo Ivan Jurkovič, observador del Vaticano ante agencias de la ONU en Ginebra, también elogió a King en una entrevista ofrecida a Vatican News por atraer “atención universal a una nueva visión del mundo”.
El arzobispo Jurkovič vinculó el enfoque de King sobre el compromiso social con el del Sumo Pontífice, señalando que ambos abogan por la no violencia y la solidaridad social.
“El Papa cree que el único futuro digno de la persona humana es aquel que incluye a todos”, dijo el arzobispo Jurkovič.
El martes, la USCCB anunció que se uniría a la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington haciendo tañir la campana de la iglesia 39 veces en honor a cada uno de los años de vida de Martin Luther King.
“Este momento es también una oportunidad para hacer una pausa y reflexionar sobre lo que estamos haciendo individualmente para construir la cultura del amor, el respeto y la paz a la que el Evangelio nos llama y para preguntarnos también cómo podemos ayudar a nuestros hermanos y hermanas que siguen sufriendo bajo el peso del racismo”, dijeron.
Luego de la mortífera marcha de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, en agosto de 2017, los obispos de EE.UU. han intensificado sus esfuerzos para enfrentar el racismo dentro de la Iglesia a través del establecimiento de un Comité Ad Hoc contra el Racismo. A finales de este año, la USCCB también lanzará una carta pastoral actualizada sobre el racismo.
En febrero de este año, el arzobispo William Lori de Baltimore emitió una carta pastoral sobre “El poder perdurable de los principios de no violencia del Dr. Martin Luther King Jr.”
“Los principios del Dr. King están destinados a cambiarnos, para así, al convertirnos nosotros mismos en agentes de cambio, seamos capaces de transformar también nuestra sociedad “, reflexionó el arzobispo Lori.
“Nos instan a superar ‘la costumbre de dejar las cosas como están’ y en su lugar buscar formas creativas no solo de unirnos, sino de permanecer de manera permanante en un diálogo y cooperación pacífica en favor de la dignidad de cada persona y por el bien común”. continuó.
“Por lo tanto, si de verdad permitimos que los principios de no violencia del Dr. King nos guíen hacia la conversión, no nos contentaremos con camuflar nuestros problemas, sino más bien seremos estimulados a buscarles una solución”.
La versión original (en inglés) de este artículo puede leerse en The Tablet.