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BROOKLYN, Nueva York—. Representando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, Mons. Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, comenzó la celebración del Domingo de Ramos en la Iglesia de Santa María Puerta del Cielo en Ozone Park, Queens. El obispo bendijo las hojas de palma y a los fieles con agua bendita mientras avanzaba por el pasillo. “Es importante que mantengamos algún contacto con los eventos históricos. Al representar la procesión, reconocemos que seguimos a Cristo. Seguimos a Cristo en el comienzo del tiempo glorioso del Domingo de Ramos, y durante toda la Semana Santa”, dijo Mons. DiMarzio.
Los bancos estaban repletos de feligreses sosteniendo las hojas de palma reunidos para comenzar la semana más sagrada para los cristianos. Durante la misa, Mons. DiMarzio dirigió la lectura de la Pasión del Señor, este año del evangelio de Lucas.
Los feligreses de la Iglesia de Santa María Puerta del Cielo participaron en la alegría del Domingo de Ramos con la vista puesta también en las celebraciones que se avecinan con la crucifixión de Cristo el Viernes Santo y su resurrección el Domingo de Pascua, sobre cuyos fundamentos se levanta la fe católica.
“Es muy importante para mí y para mi familia, sobre todo, mi hijo que va a recibir su primera comunión, enseñarle acerca de nuestra religión católica, nuestra fe católica y lo importante que es Dios en nuestras vidas”, dijo a Currents News Audrey Salazar, feligresa de la iglesia Ozone Park.
Por su parte Camille Ferraro, compartió su experiencia como maestra de la Academia Católica de Santa María de la Puerta del Cielo. “Doy clases a niños de segundo grado, así que gran parte de esta semana, todos los días, hablamos sobre el Domingo de Ramos, y sobre cada evento de la Semana Santa. Trato de que los niños entiendan que Jesús simplemente no murió el Viernes Santo. No terminó ahí. Se levantó de entre los muertos”, dijo.
Durante los preparativos para la Pascua, los católicos de toda la diócesis del Brooklyn y Queens —y del mundo— rezarán y reflexionarán sobre cada uno de los momentos monumentales de la Semana Santa que culminarán con la exclamación universal del próximo domingo: ¡Jesús resucitó!
