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Mons. Gregory, primer cardenal afroamericano, es elogiado por el clero católico de Brooklyn

El arzobispo que se convertirá en el primer cardenal afroamericano en la historia de la Iglesia estadounidense ha logrado mucho y con una determinación tranquila y férrea, dijo Mons. Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn.

El papa Francisco anunció el 25 de octubre que crearía 13 nuevos cardenales el 28 de noviembre, dentro de los que se incluye el arzobispo Wilton D. Gregory de Washington, D.C.

Al día siguiente, Mons. DiMarzio junto al resto del clero y especialmente los sacerdotes afroamericanos de la diócesis celebraron el nombramiento del cardenal designado Mons. Gregory, quien a los 72 años estará entre los cardenales menores de 80 años que pueden votar y ser elegidos en un cónclave.

“Es maravilloso que haya recibido este honor”, dijo Mons. DiMarzio, “puesto que lleva años sirviendo a la Iglesia muy bien”.

Hablando poco después del anuncio con el Catholic Standard, el periódico arquidiocesano de Washington, el cardenal designado dijo que estaba “profundamente honrado”. “Estoy cosechando lo plantado por millones de católicos afroamericanos y personas de color”, agregó. “Estoy profundamente agradecido por la fe que han vivido con tanta generosidad, tanto celo y tanta devoción”.

Mons. Gregory se convirtió en arzobispo de Washington D.C. en 2019, después de haber sido arzobispo de Atlanta, desde 2005. Mons. DiMarzio recordó cómo el futuro cardenal se unió a la iglesia como un converso adolescente en Chicago.

Después de su ordenación sacerdotal, realizó trabajo pastoral en Illinois antes de ser elegido por el papa Juan Pablo II obispo auxiliar de Chicago. Más tarde, como obispo de Belleville, Ill., fue elegido presidente de la Conferencia de Obispos de los EE.UU. (USCCB), de 2001 a 2004, convirtiéndose en uno de los principales líderes en la respuesta de la Iglesia al escándalo por décadas de acusaciones de abuso sexual contra algunos miembros del clero católico.

Bajo su mandato, en 2002, la USCCB redactó la “Carta de Dallas”, la directiva que establece medidas para proteger a los niños y al mismo tiempo ayudar a las víctimas a sanar. Mons. DiMarzio dijo que el futuro cardenal entendió completamente los problemas y las soluciones al escándalo, y que hizo un buen trabajo comunicando lo que se debía hacer.

“Él asumió la responsabilidad, que ciertamente cumplió, de guiar a los obispos”, dijo Mons. DiMarzio. “Fue un momento difícil. Yo estuve ahí”. Agregando que “el cardenal designado no es el tipo de persona emocional, sino ecuánime, persistente y eficaz”.

El padre Alonzo Cox, párroco de St. Martin de Porres, Bedford-Stuyvesant, desde que era seminarista sigue de cerca el “ascenso en la jerarquía” de Mons. Gregory. Incluido su liderazgo en la implementación de la Carta de Dallas, dijo el padre Cox. “Creo”, agregó, “que ese será su principal legado, el de pastorear a la Iglesia durante ese tiempo de tristeza y dolor, y comprometerse a que esto no vuelva a suceder nunca más”.

El Pontífice hizo el anuncio al final de su discurso del Ángelus del 25 de octubre, diciendo a la multitud en la Plaza de San Pedro los nombres de los nueve cardenales menores de 80 años, que serán elegibles para votar en un cónclave, y los nombres de cuatro ancianos eclesiásticos cuyos sombreros rojos son un signo de estima y honor.

El padre Cox se regocijó al leer que el cardenal designado Gregory estaba en esa lista. “Ayer fue un día de celebración”, dijo el padre Cox. “Después de terminar la Misa de las 7:30 volví a la rectoría a tomar un café y al abrir el iPad y ver que el Santo Padre al final de su Ángelus había nombrado a 13 nuevos cardenales y uno de ellos era el arzobispo Gregory, me sentí muy emocionado”.

El padre Cox también elogió al cardenal designado Gregory por instar al clero afroamericano a celebrar su cultura y encontrar formas de compartirla con “la Iglesia en general”. “Lo ha hecho de manera maravillosa y hermosa”, dijo el padre Cox. “Creo que como cardenal, podrá hacerlo de una manera más extensa en la vida de la iglesia. Creo que seremos capaces de verlo como una voz fuerte en la Iglesia, especialmente ahora que lidiamos con las relaciones raciales”.

El padre Dwayne Davis de St. Thomas Aquinas calificó la noticia de “histórica”. “Creo que es un gran día en la Iglesia y un gran día para los católicos negros en Estados Unidos”, dijo el padre Davis. “Toda la comunidad negra se regocija por nosotros, casi como cuando se nombra a un santo negro. Demuestra que, como católicos negros, sí importamos y somos parte de la Iglesia en un sentido real”.

El padre Davis dijo que muchos católicos negros han abandonado la Iglesia porque no se “sienten como en casa”, al mismo tiempo que se sienten privados de sus derechos ante la sociedad en general. Por lo tanto, agregó el padre Davis, el nombramiento de Mons. Gregory “definitivamente es un mensaje de gran esperanza e incluso un llamado a un gran regocijo”.

Sin embargo, señaló que el cardenal designado Gregory sirve a todos. “Es un gran clérigo y un gran líder”, dijo el padre Davis. “Él apoya a su gente sin importar quiénes sean, sin importar su raza u origen. Es un hombre para todas las personas”. Pero los acontecimientos recientes muestran que Mons. Gregory no tiene reparos en criticar a las personas en el poder.

En junio, regañó al presidente Donald Trump por exhibirse en el santuario católico nacional para coincidir con una orden ejecutiva sobre libertad religiosa. La policía utilizó gases lacrimógenos para disuadir a los manifestantes.

En una declaración emitida por la Arquidiócesis de Washington, dijo: “Me parece desconcertante y reprensible que cualquier instalación católica permita que se la use y manipule de manera tan atroz que viole nuestros principios religiosos, que nos llaman a defender los derechos de todas las personas, incluso aquellas con las que no estamos de acuerdo.

“San Juan Pablo II fue un ardiente defensor de los derechos y la dignidad de los seres humanos. Su legado es un vivo testimonio de esa verdad. Ciertamente, no toleraría el uso de gases lacrimógenos y otros elementos disuasorios para silenciarlos, dispersarlos o intimidarlos para poder tomarse fotografías frente a un lugar de culto y paz”.

Otro estadounidense entre los nuevos cardenales es el arzobispo italiano retirado Silvano M. Tomasi, de 80 años, ex nuncio y miembro de los misioneros scalabrinianos.

El arzobispo Tomasi, que tiene doble ciudadanía, es un viejo amigo y colega del obispo DiMarzio. El obispo de Brooklyn dijo que conoce al arzobispo Tomasi desde hace unos 50 años.

Trabajaron juntos en los Servicios de Migración y Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. De 1983 a 1987, el arzobispo Tomasi fue secretario del Pontificio Consejo para los Emigrantes y Viajeros.

“Es un hombre maravilloso”, dijo el obispo DiMarzio. “Nos hemos mantenido en contacto constante a lo largo de los años. Hablamos con frecuencia sobre temas migratorios. Su conocimiento es insuperable”.

El papa Francisco también eligió como cardenales electores a dos funcionarios de la Curia Romana y obispos de Italia, Ruanda, Filipinas, Chile y Brunei. Una vez que se celebre el consistorio a fines de noviembre, habrá 128 cardenales menores de 80 años y elegibles para votar en un cónclave; el papa Francisco habrá creado poco más del 57 por ciento de ellos.

Dieciséis de los cardenales creados por san Juan Pablo II todavía tendrán menos de 80 años, al igual que 39 de los cardenales creados por el papa Benedicto XVI; el papa Francisco habrá creado 73 de los electores.