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Mons. Octavio Cisneros se jubila, pero continúa su ministerio como párroco

WINDSOR TERRACE— Mons. Octavio Cisneros, obispo auxiliar de Brooklyn —quien llegó a los EE.UU. de Cuba como refugiado cuando era adolescente, se convirtió en sacerdote y sirvió en la Diócesis de Brooklyn durante 49 años—, se retiró oficialmente el 30 de octubre, luego de que el papa Francisco aceptara su renuncia a los 75 años, como es habitual.

Mons. Nicholas DiMarzio, elogió al obispo Cisneros por su “voluntad para el servicio”, y anunció que permanecerá como párroco de la Iglesia del Santo Niño Jesús y San Benito José Labre, en Richmond Hill, y como vicario para los Asuntos Hispanos en la diócesis. Mons. Cisneros fue nombrado Prelado de Honor por el papa Juan Pablo II en 1988 y consagrado como obispo auxiliar de Brooklyn por Mons. DiMarzio en 2006.

“Agradezco a Mons. Cisneros por su disposición para el servicio (…) y su liderazgo diocesano. Estamos agradecidos de que continuará sirviendo a la Diócesis de Brooklyn y Queens”, dijo Mons. DiMarzio en un comunicado.

Mons. Cisneros expresó su gratitud al papa emérito Benedicto XVI, quien lo elevó a la dignidad episcopal, al obispo DiMarzio y al papa Francisco.

“Estoy muy agradecido con el papa Benedicto y con Mons. DiMarzio por darme la plenitud del sacerdocio en 2006 para ayudar en mi ministerio como obispo auxiliar, lo que ha sido gratificante y satisfactorio para mí. También estoy agradecido al papa Francisco por su apoyo a nuestros obispos. Es una inspiración para todos nosotros”, dijo Mons. Cisneros.

“He vivido un sacerdocio feliz en la Diócesis de Brooklyn durante 49 años y espero continuar mi ministerio sacerdotal”, agregó. Mons. Cisneros nació en Las Villas, provincia de Cuba, en 1945. Cuando cursaba la escuela secundaria, en octubre de 1961, llegó a los EE.UU. como parte de la Operación Peter Pan, un esfuerzo humanitario católico junto a 14.000 menores no acompañados enviados por sus padres desde Cuba ante el temor de perder la patria potestad.

Mons. DiMarzio y Mons. Cisneros durante una procesión por las calles de Brooklyn y Queens.

Mons. Cisneros fue ordenado sacerdote de la Diócesis de Brooklyn el 29 de mayo de 1971. Durante casi medio siglo se ha desempeñado como párroco en la Iglesia del Santo Niño Jesús y San Benito José Labre desde 2007. También ha servido en San Miguel y en la Iglesia Nuestra Señora de los Dolores, Corona.

Al recordar sus 49 años sirviendo en la Diócesis de Brooklyn, Mons. Cisneros dijo que ha experimentado “múltiples momentos” de alegría. “La fe de la comunidad ha solidificado la mía propia”, dijo a Currents News. “Mi vida mejoró gracias a quienes conocí”.

El amor de Dios es algo que tiene presente en todo momento. Cuando celebra las Confirmaciones, se dice a sí mismo: “Es el Espíritu Santo el que obra”.

En la Diócesis de los inmigrantes, el obispo inmigrante ha trabajado arduamente para construir un sentido de familia con las comunidades inmigrantes en las diversas parroquias donde ha servido. Cuando la gente le pregunta de dónde es, tiene una respuesta lista. “Soy de todas partes”, dice.

A lo largo de su sacerdocio, Mons. Cisneros ha sido nombrado para numerosos puestos, incluido el de vicario episcopal en el Vicariato Este de Brooklyn y rector de Cathedral Seminary Residence en Douglaston. Mons. Cisneros es presidente del Subcomité para la Iglesia en América Latina de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés).

Mons. Cisneros fue el coordinador del V Encuentro en la Diócesis de Brooklyn y el representante episcopal del V Encuentro para la Región de Nueva York. También ha estado involucrado durante muchos años con el Instituto Nacional Hispano de Liturgia. Además, se ha desempeñado en el Comité de Liturgia de la USCCB y en el Consejo de Asesores Pastorales. Ha servido en la Junta de Gobernadores del Seminario de la Inmaculada Concepción y como ex presidente de la Conferencia de Directores Diocesanos para el Apostolado Hispano.

(Foto: Darío López Capera)

El padre Christopher Heanue, vicario parroquial del Santo Niño Jesús, y quien trabaja en estrecha colaboración con Mons. Cisneros desde hace 15 años, recordó en una entrevista reciente con el noticiero Currents News sus días como seminiarista en Cathedral Seminary Residence en Douglaston.

Un día de 2006, el entonces padre Cisneros le pidió a Heanue que lo llevara a alguna parte porque estaba demasiado nervioso para ponerse al volante. Iban conduciendo hacia el lugar donde se anunciaría oficialmente su elevación de monseñor a obispo.

Mientras viajaban por la autopista Jackie Robinson Parkway, Heanue le preguntó al obispo electo Cisneros sobre cómo había sido abandonar solo su patria natal, Cuba, siendo un adolescente y si alguna vez volvió a ver a sus padres. “Pasaron muchos años antes de que pudiera regresar”, cuenta el padre Heanue. Para entonces, la mayoría de los familiares del obispo Cisneros ya habían fallecido.

“¡Empecé a llorar en plena autopista!”, dijo el padre Heanue a Currents News. Y el obispo electo Cisneros le dijo: “¡Chris, si hubiera querido estrellarme, habría conducido yo mismo!”.

El padre Heanue dice que lo que más le conmueve de Mons. Cisneros es su “confianza en Dios”.

Lorrie Schaefer, feligresa desde hace 47 años, recordó que Mons. Cisneros la visitó en su casa después de que sufriera un accidente con lesiones en Nochebuena.

“Nunca olvidaré lo amable y cariñoso que ha sido”, dijo a Currents News.