El multimillonario Donald Trump lidera con cómoda amplitud las más recientes encuestas de los aspirantes a la candidatura presidencial republicana.
Aun después del controversial debate del pasado mes, en el que volaron los insultos, dimes y diretes, Trump encabezaba el sondeo de la cadena Fox con un 25% de apoyo de los encuestados, seguido por el neurocirujano Ben Carson con un 12 % de las preferencias y Ted Cruz en tercer lugar con un 10 %. Jeb Bush iba perdiendo terreno en un cuarto lugar, con una baja de 6 puntos desde otras encuestas de principios de agosto. Bush ha invertido más de 10 millones de dólares en anuncios políticos que aún no parecen dar fruto, según reportes de la agencia noticiosa Reuters.
En la cima del momento, Trump ha lanzado una controvertida propuesta de inmigración de seis páginas que ha titulado: “Reforma Inmigratoria para hacer a Estados Unidos grande una vez más”. Resumiendo su estrategia en tres principios básicos, su plan señala que:
- Una nación sin fronteras no es una nación. Hay que construir un muro en la frontera sur.
- Una nación sin leyes no es una nación. Las leyes instituidas en nuestro sistema constitucional de gobierno deben hacerse cumplir.
- Una nación que no sirve a sus propios ciudadanos no es una nación. Cualquier plan de inmigración debe servir para mejorar el sistema de empleos, salarios y la seguridad para todos los estadounidenses.
Con lujo de detalles y plasmado a todo color en su página web, este plan del ahora líder de los nominados republicanos enfatiza que es esencial “poner fin a la ciudadanía por nacimiento que sigue siendo el mayor imán para la inmigración indocumentada”. Propone además la deportación de niños que llegaron de manera ilegal al país y aunque Trump sostiene que las familias deben mantenerse unidas, “debemos mantener las familias juntas pero se tienen que ir juntos”, dijo a bordo de su avión privado en entrevista con el corresponsal del programa televisivo de la cadena NBC Meet the Press.
Trump además sostiene que México debe pagar por la construcción del muro fronterizo y de oponerse a pagar, se le deben imponer multas.
El magante comienza a ganar simpatías hasta en los sectores que le oponen. “Trump supone un refrescante cambio comparado con miembros de ambos partidos que tienen demasiado miedo de decir la verdad sobre los trabajos realizados por inmigrantes ilegales. Además, no permite que su oposición a la inmigración ilegal interfiera con su apoyo a la inmigración legal,” señaló el periodista Rubén Navarrete, usualmente liberal, en uno de sus editoriales de agosto pasado para la página web del Arizona Daily Star.
Navarrete puntualiza en su editorial que cuando Trump habla de los beneficios que aportan a Estados Unidos los trabajadores extranjeros es más elocuente que muchos demócratas. Y es que recientemente, en una entrevista con Vox.com, el precandidato presidencial demócrata y senador de Vermont, Bernie Sanders incendió la ira en los sectores proinmigrantes del país cuando criticó el concepto de las fronteras abiertas.
“Haría que todos en Estados Unidos fuéramos más pobres,” dijo Sanders. “Se eliminaría el concepto de nación estado, y pienso que no hay ningún país en el mundo que crea eso… Lo que le encantaría a la derecha de este país es una política de fronteras abiertas. Traigan a todo tipo de gente, que trabajen por 2 o 3 dólares por hora, eso sería fabuloso para ellos. No creo en eso.”
Bernie Sanders supera a Hillary Clinton por siete puntos en una encuesta entre votantes de New Hampshire. Ese estado es significativo, pues allí tendrá lugar la primera elección primaria. El vicepresidente Joe Biden aparece tercero, pese a que aún no ha decidido si participará.
Pero la burbujeante fama que va ganando Trump entre los republicanos ha logrado opacar en los titulares del país el escándalo de los correos electrónicos de Clinton, que siguen eclipsando su campaña para las elecciones presidenciales.
En la feria estatal de Iowa, donde tradicionalmente se dan cita todos los aspirantes políticos de ambos partidos en busca del apoyo de los más de un millón de asistentes anuales, Clinton reiteró nuevamente que no envió mensajes confidenciales desde su servidor de email privado mientras fue secretaria de Estado (2009-2013).
“Nunca envié o recibí correos marcados como ‘clasificados'”, puntualizó Clinton ante los periodistas en la Feria Estatal. “Dejaré que cualquier investigación sobre esto siga adelante y esperaremos el resultado de la investigación”, dijo la candidata. El día antes el New York Times había informado que Departamento de Estado, tras revisar el 20% de los mensajes entregados por Hillary Clinton, había hallado 305 que podrían contener información clasificada.
Pero los asistentes parecían prestar más atención a los paseos gratis en el helicóptero de Donald Trump, que sigue elevándose en las encuestas con su estilo irreverente y su nueva propuesta de inmigración.