
Desde un helipuerto en Manhattan, el papa Francisco fue hasta la plataforma del aeropuerto JFK, donde lo esperaban monseñor Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn; monseñor Octavio Cisneros, obispo auxiliar de 
Para ser testigos de la despedida del Papa fueron llegando desde muy temprano en la mañana algunos sacerdotes, obispos y religiosas, así como miembros de la prensa local e internacional que registraron sus últimos pasos en esta visita a la Gran Manzana antes de que el Boeing 777 de American Airlines despegara con destino a Filadelfia al mando del capitán George Griffin.
Antes del arribo del Santo Padre, abordaron la nave un grupo de prelados, la tripulación y los periodistas que viajarían con el Papa a Filadelfia para participar del cierre del Encuentro Mundial de las Familias.

Así, en medio de ovaciones y un coro general que le cantaba a la familia, el papa Francisco subía las escalas del avión mientras los asistentes agitaban banderas del Vaticano. Después de el Santo Padre ingresaron a la aeronave otros pasajeros antes de que la puerta se cerrara.
El Papa Francisco se despidió de Nueva York diciendo adiós desde su ventana. El avión se alejó hasta perderse en el horizonte minutos antes de las 9:00 a.m. A bordo estaba un hombre especial de 7
(RECUADRO)
Reacciones tras la visita del papa Francisco
Cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York
“Fue como una inyección de vitaminas de espiritualidad, gracia y misericordia en mi brazo. Él es el ejemplo de un buen pastor”.
Monseñor Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn
“La visita del Santo Padre fue una gran oportunidad para la gente de la diócesis. Muchos se sintieron entusiasmados cuando hablaba en español y los hizo sentirse como en casa”.
Monseñor Octavio Cisneros, obispo auxiliar de Brooklyn y nacido en Cuba
“Verlo en Cuba fue sumamente especial porque todos esos sentimientos se elevaron en mí a la máxima potencia. Ese fue un momento extraordinario para mí, encontrarme con el Santo Padre y escuchar sus palabras. También aquí en Nueva York fue muy especial pero más intenso fue ese momento en Cuba”.
Rihanna, pequeña estudiante de una escuela católica de Brooklyn
“Pienso que él es genial y si pudiera hablar con él le diría que volviera a Nueva York y visitara mi escuela”.
