Médicos de Gran Bretaña fueron los primeros en alertar a otros doctores del mundo sobre un síndrome que también se estaba presentando desde abril en niños pequeños en los países europeos, incluyendo a Francia e Italia.
Aquí en Estados Unidos, los primeros casos fueron detectados en Nueva York, donde tres pequeños murieron con los mismos síntomas: inflamación en los vasos sanguíneos, función deficiente en uno o más órganos y fiebre persistente.
Los CDC emitieron un aviso de salud para alertar a los médicos del país a que estén atentos al ahora llamado “Síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico potencialmente asociado con el COVID-19 (MIS-C)”, una extraña afección similar al mal de Kawasaki —un raro padecimiento pediátrico que afecta las arterias sanguíneas y el corazón— y el síndrome del choque tóxico. La mayoría de los diagnosticados son niños en edad de escuela primaria.
“La información es limitada en este momento en cuanto a los factores de riesgo, patogénesis, curso clínico y tratamiento para el MIS-C. Los CDC están pidiendo a los proveedores de salud que reporten casos sospechosos a las autoridades de salud para poder caracterizar mejor esta nueva condición detectada en la población infantil”, decía el aviso publicado por los CDC.
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Los médicos del país han estado reportando los casos que ya se han presentado en al menos 18 estados y en Washington DC. En Nueva York se estaban investigando por lo menos 110 niños afectados con los síntomas del síndrome.
“Es lo último que necesitamos en este momento, con todo lo que está pasando y con la ansiedad que tenemos, que ahora los padres tengan que preocuparse de si su pequeño fue o no fue infectado”, dijo el gobernador Andrew Cuomo, en una de sus habituales conferencias de prensa.
Como si fuera poco, miles de familias también tienen que preocuparse de cómo van a alimentar a sus hijos durante esta pandemia que ha dejado a muchos niños de familia de escasos recursos sin la alimentación de las escuelas públicas.
De acuerdo a un estudio realizado por la organización de política pública Brookings, uno de cada seis niños del país está creciendo en medio de la pobreza y serán severamente marcados por la estela de necesidades que inflige a nivel socioeconómico el coronavirus ahora y en los años venideros. “La dificultad financiera tiene consecuencias negativas a largo plazo, incluyendo inseguridad alimentaria e inestabilidad de vivienda, entre otras”, advierte un artículo de las sociólogas Lisa Gennetian y Kathy Hirsh-Pasek, publicado en el portal de internet de Brookings.
Aunque el país haya comenzado la reapertura económica, los analistas creen que el daño está hecho y los riesgos de rebrotes podrían seguir causando secuelas severas en la salud financiera de la nación. Los epidemiólogos que estuvieron luchando desde el principio, también señalan que todavía hay tiempo para reducir riesgos, si se siguen los procedimientos recomendados por los expertos.
“Nos perdimos señales tempranas de advertencia y olvidamos páginas importantes de nuestro manual de pandemias”, puntualizó Rick Bright. “Nuestra ventana de oportunidad se está cerrando”, finalizó