El presidente Barack Obama rompió el hielo político de 58 años al aterrizar en la Habana, Cuba, el pasado Domingo de Ramos junto a su esposa, Michelle, sus dos hijas, Malia y Sasha, y su suegra, Marian Robinson. El mnistro de Relaciones Exteriores de Cuba le dio la bienvenida en el aeropuerto José Martí bajo la lluvia, pero el presidente cubano, Raúl Castro, brilló por su ausencia.
Muy lejos de ser un viaje de placer familiar, la visita oficial es un paso más en la esperada nueva era de cambio y colaboración económica entre ambos países. Junto a Obama, un grupo de empresarios y hombres de negocio fueron parte de la comitiva presidencial que oficialmente inicia el colosal esfuerzo de apertura comercial.
Obama llega a una Cuba aún sumergida en el régimen castrista y que ha ido cambiando muy lentamente en cuanto a los problemas de pobreza, derechos civiles y libertad religiosa. Hace poco más de un año ambos países acordaron normalizar las relaciones bilaterales tras más de cinco décadas de ruptura y la esperanza de muchos es que la visita de Obama agilice dramáticamente cambios que acerquen a la isla a una era de prosperidad y pasos significativos en el campo de los derechos humanos y la libertad.
En medio de un verdadero frenesí de la población, el canciller cubano Bruno Rodríguez aclaró ante Prensa Asociada que “Cuba se ha involucrado en una nueva relación con el gobierno de Estados Unidos en apego a su soberanía. No está sobre la mesa ninguna negociación sobre nuestros asuntos internos. Cuba no renunciará ni a uno sólo de sus principios ni a su política exterior de defensa de las causas justas de los pueblos”. Rodríguez añadió que recibiremos al Presidente Obama con la hospitalidad y respeto que nos caracterizan y en consideración a su condición de Jefe de Estado”.
La ocupada agenda de Obama incluyó una visita a la nueva embajada de Estados Unidos en la Habana, un recorrido familiar por el centro histórico de la ciudad y una reunión oficial con el presidente Raúl Castro. El primer mandatario también tuvo un encuentro con empresarios cooperativistas y cuentapropistas y un discurso dirigido al pueblo cubano que fue televisado en vivo a todo el país desde el Gran Teatro Alicia Alonso.
“Esto es una cosa increíble”, dijo Carlos Maza a Prensa Asociada. Maza, un especialista en refrigeración de 48 años, espera que se elimine el embargo económico y se abran las puertas en sectores como la agricultura y la importación de equipos de reparación. “Va a haber sus cambios, pero serán lentos”, concluyó.