Según el P. Alberto Montes Rajoy sacerdote, formador del seminario menor, teólogo y comunicador, los jóvenes de hoy viven el Evangelio como un deporte de alto riesgo, ya que para vivir su fe tienen que tener muchas agallas y mucha valentía, por eso es tan importante tener un grupo de referencia con quien compartir su fe, porque sino es muy fácil que el tsunami de relativismo y la vorágine de individualismo en los que vivimos puedan apagar la llama de la fe.
Esta semana en #Conectados, el P. Sebastián Sardo nos invita a una conversación con el P. Alberto Montes Rajoy, sacerdote licenciado en Teología dogmática, subdelegado para los medios de Comunicación, formador y administrador económico del Seminario Menor de la Diócesis de Tui-Vigo, en Galicia, España.
Posted by Nuestra Voz on Thursday, July 18, 2019
Posteriormente ha resaltado la preocupación de los jóvenes en transmitir la alegría de su fe y cómo la iglesia se va transformando en una comunidad minoritaria, pero más autentica.
Como formador del seminario menor, resalta la importancia de la familia y de las diferentes comunidades eclesiásticas para el discernimiento vocacional, destacando especialmente la importancia de la sinceridad del propio joven que busca el camino de Dios. Por otro lado, destacó que la tarea del seminario no es forzar vocaciones sino formar jóvenes para responder a Dios, que, si no son sacerdotes, sean muy buenos cristianos y muy buenos ciudadanos.
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Refiriéndose a los jóvenes que en la adolescencia se alejan de la practica religiosa, sostuvo que en la mayoría de las ocasiones se debe a cierto pudor o reparo humano que vivimos las personas en determinada etapa de nuestra vida en la que puede mas el qué dirán de los compañeros si nos ven en la iglesia, pero que esto no significa que los jóvenes han perdido la fe. El padre Alberto recomendó a los padres de estos jóvenes rezar por sus hijos como hizo santa Mónica por San Agustín, hablar en la familia sobre la vida de la fe y tratar de hacerlos participes de alguna comunidad con jóvenes que vivan la misma fe.
Para finalizar y refiriéndose a los desafíos de la Iglesia en España explicó cómo se desarrolla un brutal cambio en el ámbito de las costumbres que esta haciendo a los agentes de pastoral replantearse como hacer visible y vivo el mensaje del Evangelio. A partir de aquí, señaló dos desafíos principales: hacer que el Evangelio sea per formativo para los jóvenes y para sus padres, y comprender que la fe añade algo nuevo a la vida, la embellece, pero eso solo es posible transmitirlo a través de la coherencia personal de los cristianos.