CIUDAD DEL VATICANO—. Durante la Misa Crismal, en la que los sacerdotes renuevan sus promesas, el Papa Francisco suele predicar profundas homilías dedicadas al ministerio del sacerdocio y esta vez no fue la excepción.
En esta ocasión habló de la relación particular de Jesús con las muchedumbres reflejadas en el Evangelio. La multitud que lo busca y que lo admira no es una masa anónima sino un sujeto que se entrega totalmente a Cristo, sin condiciones.
“Contrasta con la mezquindad de los discípulos, cuya actitud hacia la gente roza la crueldad cuando sugieren al Señor que los despida para que se busquen algo de comer. Aquí, creo yo, inició el clericalismo. En este quererse asegurar la comida y la propia comodidad desinteresándose de la gente”, dijo el Papa.
El Papa dijo que el sacerdote no debe olvidar que es parte de esa muchedumbre, porque de ella salió y a ella debe servir.
“Cada uno de nosotros tiene su propia historia. Un poco de memoria nos hará mucho bien. No debemos olvidar que nuestros modelos evangélicos son esta gente, esta multitud con estos rostros concretos, que la unción del Señor realza y vivifica. No somos repartidores de aceite en botella. Hemos sido ungidos para ungir. Ungimos distribuyéndonos a nosotros mismos, distribuyendo nuestra vocación y nuestro corazón”, alertó el sumo pontífice.
En el Jueves Santo la Iglesia católica recuerda la institución del sacramento del sacerdocio. Durante la ceremonia se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos que los sacerdotes utilizarán durante el resto del año para administrar algunos sacramentos.