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¡Nadie está aquí por casualidad!

Contundente fue el mensaje del Papa Francisco en la cálida y festiva acogida de los jóvenes presentes en la jornada mundial de la juventud y también de aquellos que siguen el evento desde los distintos medios telemáticos.

En una tarde calurosa, en la colina del Encuentro, se llevó a cabo el primer contacto entre Sumo Pontífice y los peregrinos quienes lo recibieron con mucho cariño al clamor de “esta es la juventud del Papa…” y fuertes aplausos.

Eran miles de jovenes de distintos países los que cubrían las 15 hectáreas de la Colina del Encuentro durante la ceremonia de acogida al Papa Francisco.

La ceremonia se abrió con mucho color y baile en las coreografías ejecutadas por jovenes de distintas partes del mundo, pero también se leyeron las inquietudes y preocupaciones que ocupan el corazón de la juventud en la actualidad.

“Espero que con estas cartas, pueda entendernos mejor, ya que Ud tiene mayor cobertura para hablar con el Espíritu Santo.”

“¿Cómo se puede hacer para llegar a comprender la voluntad de Dios, como hace para rezar y comunicarse con Dios?”

El recibimiento de los jovenes termina con el ingreso de las banderas de todos los países dado que esta es la primera JMJ que cuenta con al menos un participante de cada país del mundo.

Una vez posicionadas las banderas en el camino central hacia el escenario, ingresaron los símbolos que acompañaran toda esta Jornada, en primer lugar la Cruz, signo mas grande del amor de Dios para con los hombres, seguido del ícono de Nuestra Señora Salus Populi Romani, Madre de Dios y madre de todos los hombres.

El Santo Padre abrió la parte litúrgica del evento invocando la presencia de Dios con la señal de la Cruz, a lo que siguió la proclamación del capitulo X del Evangelio según San Lucas. Posteriormente el Papa Francisco pronunció su mensaje en respuesta a todas las inquietudes anteriormente expresadas por los jóvenes.

El Papa comienza con un agradecimiento a los jovenes que hicieron un esfuerzo grande por participar de la JMJ. “Me alegra verlos y escuchar el simpático alboroto que hacen y poderme contagiar de su alegría”

Francisco invitó a los jovenes a dar un fuerte aplauso para “agradecer a Jesús” que es quien realmente “nos llama.” “Ustedes no están aquí por casualidad, el señor los llamo a cada uno de ustedes, no solo en estos días, sino desde el comienzo de sus vidas. Nos llama por nuestros nombres”

La llamada inicial del Papa fue a reflexionar y pensar que “Dios nos puso un nombre y un sello en nuestros corazones desde la eternidad, desde siempre. Siempre nos pensó.” Y [Dios] quiere que sepamos esto y nos sepamos amados y valorados por él que es nuestro Padre fiel.

“Ninguno de nosotros somos cristianos por casualidad” Todos fuimos llamados, ¿Por que? Porque somos amados”. “Antes los ojos de Dios, somos hijos amados, somos una obra maestra única, original.”

El Santo Padre desafió a los jovenes a descubrirse únicos y amados por un amor inagotable de Dios, un amor de Padre tierno, y a que mutuamente puedan ayudarse a reconocer esa realidad de ser “amados y valiosos a los ojos de Dios.”

“A veces nuestros ojos están empañados por la negatividad y distracciones” El Papa interpeló a los jovenes a motivarse y acompañarse mutuamente sobrepasando las barreras de las diferencias culturales, de los colores de las banderas y los distintos idiomas… a cargar con la Cruz propia y ayudar al otro con su lucha. A que juntos remen hacía la esperanza inagotable del amor de Dios, al corazón de un Padre que tiene un latido único por cada uno.

“Qué sean días en los que grabemos en el corazón que somos amados por Dios cómo somos. Que es el punto de partida de ahora y de la vida”.

“Chicos y chicas, somos amados cómo somos, sin maquillaje”. A decir de Francisco el punto de partida del amor es la realidad de lo que somos, sin apariencias o fingimientos en búsqueda de aceptación de la sociedad. El joven debe aprender solo a buscar cotidianamente agradar a Dios. Para este camino se hace indispensable comprender la originalidad de nuestros corazones y la profundidad del amor de Dios que “nos ama como somos ya desde ahora, no por como queremos ser.”

El papa advirtió nuevamente sobre los peligros de la cultura del descarte que vende ilusiones que engañan y atraen pero que son superficiales y dejan vacíos por dentro. “Jesús no es así, Él confía en tí, en cada uno de ustedes, en nosotros, porque a Él si le importamos”

“Somos pecadores pero llamados, así como somos. Con los problemas y limitaciones que tenemos… somos llamados como somos…” En el corazón de Dios cabemos todos sin importar nuestras debilidades.

“Amigos, quisiera ser claros con ustedes, que son alérgicos a la falsedad y a las palabras vacías, en la Iglesia hay espacio para todos” En la iglesia hay lugar para todos, repetía Francisco sin cansarse,  “en el corazón de Cristo hay lugar para todos. El señor no señala con el dedo, sino que abrazó a todos.” La Iglesia de puertas abiertas acoge a todos y con cada uno va haciendo un camino especial hacia la santidad a la que es llamado todo cristiano.

“Dios te ama, Dios te llama” El amor de Dios es el origen del llamado que todos los hombres han recibido como hijos de un Dios cercano que es Padre. “El amor de Dios siempre sorprende” Dios nos ama, con los defectos pero también con las ganas de seguir adelante en la vida.

El mensaje del Papa fue un aliento nuevo en los jovenes para no tener miedo y no bajar los brazos, sino por el contrario, tener coraje e ” ir para delante,” poniendo la esperanza en Cristo. “Estamos amortizados por el amor que Dios nos tiene”

Francisco dejo un claro mensaje que seguirá resonando en el corazón de todos los jovenes: Hay una fuente inagotable de amor en donde verdaderamente podemos saciarnos y esa fuente es Dios. Un padre amoroso que nos ama y nos valora cómo somos, con cosas buenas y no tan buenas. Nunca va a señalarnos sino a abrazarnos con un amor de Padre tierno y fiel.

Santiago Elías Nazar