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Papa se siente fortalecido por conversaciones con Benedicto XVI

A BORDO DEL VUELO PAPAL DESDE RUMANIA (Por Junno Arocho Esteves/CNS)—. El papa Francisco dijo que sigue visitando al papa retirado Benedicto XVI, ahora de 92 años, y que es como un abuelo que continúa animándolo y dándole fuerza.

“Tomo su mano y le dejo hablar. Habla poco, a su propio ritmo, pero con la misma profundidad de siempre. El problema de Benedicto es sus rodillas, no su mente. Tiene una gran lucidez”, dijo el papa a los periodistas el 2 de junio en su vuelo de regreso de Rumanía. El papa pasó unos 35 minutos del corto vuelo respondiendo a cinco preguntas.

Cuando se le preguntó sobre su relación con su predecesor, el papa dijo que las conversaciones con el papa Benedicto lo fortalecen y comparó la sabiduría que recibe de su predecesor con la sabiduría “de las raíces que me ayudan a seguir adelante.

“Cuando le oigo hablar, me fortalezco”, explicó. “Siento esta tradición de la iglesia que no es una cosa de museo la tradición. La tradición es la raíz que te dan el zumo para crecer, y tú no serás como la raíz, no; tú florecerás, el árbol crecerá y dará los frutos, y las semillas serán las raíces para los demás”.

Recordando una cita del compositor austriaco Gustav Mahler, el papa dijo que la tradición “es la garantía del futuro, no el guardián de las cenizas”.

“La tradición de la iglesia siempre está en movimiento”, dijo. “La nostalgia de los ‘integristas’ es la de regresar a las cenizas”, pero eso no es la tradición católica; la tradición es “las raíces que garantizan que el árbol crezca, florezca y dé fruto”.

Refiriéndose a sus comentarios en Rumanía sobre la unidad y la fraternidad, alguien le preguntó al papa sobre las crecientes divisiones dentro de la Unión Europea.

La unidad en el continente es una tarea para todo país europeo. “Si Europa no está vigilante ante los futuros desafíos, se secará”, advirtió. Mientras que se deben respetar las diferencias culturales, los europeos no deben ceder “al pesimismo o a las ideologías”.

También le preguntaron al papa Francisco sobre un acontecimiento que tuvo lugar en la catedral ortodoxa rumana en Bucarest el 1 de junio, y cómo dio la impresión de que muchos de los presentes no se unieron en la recitación de la Oración del Señor.

El Papa Francisco conversa con Benedicto XVI durante una visita a la residencia del Papa emérito después de un consistorio en el Vaticano el 19 de noviembre de 2017. (CNS/ L’Osservatore Romano)

Donde exista la tensión o el conflicto, dijo el papa, los cristianos deben tener “una relación de manos extendidas”.

“Tenemos que avanzar juntos,” dijo, “siempre recordando que el ecumenismo no se trata de llegar al final del juego. El ecumenismo significa caminar juntos, orar juntos; es un ecumenismo de oración”.
Los cristianos también comparten “un ecumenismo de sangre, un ecumenismo de testimonio y lo que yo llamo ´un ecumenismo de los pobres´, — trabajando juntos para ayudar a los enfermos, a los que están en las periferias”.

El papa Francisco dijo que el capítulo 25 del evangelio de san Mateo — donde Jesús dijo que quienes dan de comer a los hambrientos, visten a los desnudos, visitan a los enfermos y a los encarcelados, lo hacen por él — “es un buen programa ecuménico”.

“¡Es posible! Es posible caminar juntos en unidad, fraternidad, con las manos extendidas, pensando bien de los demás, y sin hablar mal de otros”, dijo. Toda iglesia tiene algunos contrarios a la unidad cristiana, que llaman “cismáticos” a los demás.

“Todos tenemos defectos, pero si caminamos juntos, dejamos los defectos a un lado”, dijo el papa. “Dejen que los viejos solterones critiquen”.