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Políticas fronterizas de Trump cruzan la línea para líderes de iglesias

WASHINGTON (CNS) – Los líderes de la Iglesia Católica y los defensores de la inmigración dicen que las recientes medidas del presidente Donald Trump para reprimir la inmigración son extremas e innecesarias.

La última estrategia del presidente para frenar la entrada de indocumentados por la frontera estadounidenses requiere el despliegue de tropas de la Guardia Nacional a lo largo de esta y dar por terminada la práctica de “atrapar y liberar” (catch and release) que permite liberar a los inmigrantes que buscan asilo en Estados Unidos mientras esperan una audiencia en la corte .

El anuncio del 4 de abril sobre el despliegue de 4.000 soldados en la frontera entre México y EEUU fue seguido dos días después por el anuncio de que el presidente estaba suspendiendo la práctica de “atrapar y liberar”, un nombre que ya de por sí es conflictivo según los defensores de la inmigración.

El traslado de tropas militares a la frontera, un movimiento también realizado anteriormente por los presidentes George W. Bush y Barack Obama, ha recibido la mayor atención pública. Los gobernadores republicanos de Texas, Arizona y Nuevo México, todos los estados que limitan con México, han apoyado esta orden y han comenzado a enviar tropas a la región.

El gobernador de Arizona, Doug Ducey, envió 325 miembros de la Guardia Nacional a la frontera en la segunda semana de abril. El gobernador de Texas Greg Abbott envió 250 y dijo que 750 más se unirían en las próximas semanas. Nuevo México ha enviado 80 tropas hasta la fecha y planea enviar 250.

El gobernador de California, el demócrata Jerry Brown, no se comprometió inmediatamente a enviar tropas, pero anunció el 11 de abril que el estado enviaría 400 miembros de la Guardia Nacional a la frontera con la orden de luchar contra el crimen, no de aplicar las directrices de la Casa Blanca.

“Esta no será una misión para construir un nuevo muro. No será una misión para acorralar a mujeres y niños o detener a personas que escapan de la violencia en busca de una vida mejor”, dijo Brown en una carta a los Secretarios de defensa y seguridad nacional. “La Guardia Nacional de California no aplicará las leyes federales de inmigración”.

El secretario de Defensa Jim Mattis dijo que las tropas seguirían la política de “no contacto con migrantes” proporcionando apoyo aéreo, protegiendo las carreteras y operando sistemas de vigilancia, entre otras tareas.

Manifestantes protestan contra el despliegue de tropas de la Guardia Nacional en la frontera.(CNS/Loren Elliott, Reuters)

Brown también dijo que estaba “de parte de los obispos católicos que dijeron que los funcionarios locales, estatales y federales deberían ‘trabajar de manera colaborativa y prudente en la implementación de este despliegue, asegurando que la presencia de la Guardia Nacional sea mesurada y no perturbe la vida comunitaria”. El gobernador se refería a una declaración emitida el 6 de abril por ocho obispos católicos de los estados fronterizos de Estados Unidos y México que criticaban la colocación de tropas en la frontera.

En la declaración, los obispos dijeron que la región fronteriza no era una zona de guerra y que buscar refugio de la persecución y la violencia no es un crimen.

El gobernador de California no fue el único que estuvo de acuerdo públicamente con los obispos fronterizos. La Conferencia Episcopal Mexicana citó la declaración de los obispos en una carta del 7 de abril a personas en México y Estados Unidos y los presidentes de ambos países que se oponen a las tropas en la frontera y el obispo Joe S. Vásquez de Austin, Texas, presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU también se puso de parte de los obispos fronterizos en una declaración del 11 de abril enfatizando: “Nuestra fe nos llama a responder con compasión a aquellos que sufren y buscan refugio, le pedimos a nuestro gobierno que haga lo mismo”.

Pero a pesar de tales críticas, los miembros de la Guardia Nacional comenzaron a llegar a la frontera unos días después de que se anunció el plan.

Joanna Williams, directora de educación y defensa de la Iniciativa Fronteriza Kino con sede en Nogales, Arizona, y al otro lado de la frontera en Nogales, Sonora, México, dijo el 10 de abril que no había visto tropas adicionales, pero que eso no significaba que las personas no estuviesen hablando de esto.

La Iniciativa Kino para la Frontera es un ministerio de migrantes patrocinado por los jesuitas, las Hermanas Misioneras de la Eucaristía y las diócesis de Tucson, Arizona y Nogales, México. Funciona en ambos lados de la frontera, ministrando a aquellos que han sido deportados y haciendo trabajo de incidencia.

Williams dijo que no muchos migrantes parecían demasiado conscientes de la próxima presencia militar incrementada. En cambio, ha visto más ansiedad de los residentes en el área fronteriza que ya se sienten “fuertemente vigilados”.

“Es muy pronto para ver las implicaciones de esto”, dijo, y agregó que por ahora, la idea de más tropas en el área parecía más “simbólicamente peligrosa”. También dijo que era hiriente y contradictorio con la realidad cotidiana de personas como ella que cruzan a diario la frontera en viajes de ida y vuelta.

Williams tampoco vio cómo la mayor presencia militar marcaría la diferencia para aquellos que desean cruzar la frontera y agregó que esto no estaba dirigido a resolver en primera instancia el motivo por el que tantas personas vienen a Estados Unidos.

“Sus razones para emigrar son tan poderosas, que no es una cuestión de cuánta seguridad fronteriza se puede poner” para detenerlo, dijo.

Según Williams que sería más beneficioso tener trabajadores sociales o personal médico disponible para que los agentes de la Patrulla Fronteriza pudieran trabajar más intensivamente en el terreno. Tales propuestas han sido presentadas en proyectos de ley en el Congreso, pero nunca llegaron a pasaron de los comités.

Los resultados de una encuesta de votantes registrados, realizada por Politico y Morning Consult, y  publicada el 11 de abril mostraron que el 48 por ciento de los encuestados apoyaban firmemente o apoyaban moderadamente el envío de tropas a la frontera; 42 por ciento se opuso a esta decisión; y alrededor del 9 por ciento se abstuvo.

Donald Kerwin, director del Centro de Estudios de Migración en Nueva York, también cuestionó la necesidad de tropas militares cuando los cruces fronterizos, dijo, están en un mínimo histórico. Dijo que las detenciones en la frontera se han incrementado, pero son para personas que se presentan a los agentes en la frontera, en muchos casos buscando asilo, no entrando furtivamente.

La presencia militar es “puramente simbólica en este punto”, agregó, y señaló que cuando las tropas fueron enviadas bajo administraciones anteriores, “siempre ha sido, y con suerte lo será esta vez, en un papel de apoyo para la Patrulla Fronteriza”.

Lo que ahora es diferente, dijo, es el “ataque a los inmigrantes, punto” con esfuerzos para detener incluso la inmigración legal mediante la detención forzosa para aquellos que buscan asilo.

Camilo Pérez-Bustillo, director de defensa, desarrollo de liderazgo e investigación del Hope Border Institute, un grupo de defensa católico para migrantes en El Paso, Texas, dijo que la política de detención de Trump para solicitantes de asilo en lugar de liberarlos para esperar su fecha en la corte agrega ” intensificación del sufrimiento humano “particularmente con un aumento en el número de miembros de la familia ahora separados y detenidos. Y ahora, dijo, el tema de las mujeres inmigrantes embarazadas detenidas, se suma a un “núcleo de protección que se desenmaraña”.

A fines de marzo, la administración de Trump anunció que ya no liberaría a mujeres inmigrantes embarazadas detenidas bajo custodia federal. En años anteriores, estas mujeres fueron puestas en libertad supervisada como parte de una política de Inmigración y Control de Aduanas.

Pérez-Bustillo cree que ha “llegado al punto en el que es difícil imaginar que las cosas empeoren” para los inmigrantes de EEUU. Si atisba un rayo de esperanza, es que para él las cosas no pueden seguir así.

“Habrá un retroceso”, dijo, y confía en que conducirá a cambios en las políticas públicas.

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Chaz Muth Contribuyó a este informe.