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Propietarios e inquilinos descontentos con la aprobación del aumento de los apartamentos rentados.

CARROLL GARDENS- Alice Apolinaris no celebró el día 29 de junio, el primero de su jubilación, después de 25 años como auxiliar administrativa de escuela pública.

Para manejar su estrés, sale a dar caminadas desde su apartamento en la 3rd Street en Carroll Gardens, aunque últimamente su ansiedad ha ido en aumento.

En la última semana, la Oficina de Rentas (RGB, por sus siglas en inglés), que regula la estabilidad de los alquileres en los cinco barrios, votó 5 contra 4 el mayor aumento en los alquileres en ocho años. Comenzando el 1 de octubre, los propietarios pueden aumentar el precio de los alquileres en un 3,24 % tratándose de alquileres de un año y no más del 5% en los contratos de 2 años.

Apolinaris ha vivido en el mismo apartamento de renta estabilizada desde finales de 1970. Ella afirma que a corto termino, estará bien, pues su contrato se renueva el próximo año, aunque de todas formas la posibilidad de pagar 3,5% más caro, la está afectando mucho.

“Me está estresando”, afirma, mientras camina por la calle. “No sé cómo lucirá mi cheque de pensión. No sé si tendré lo suficiente para pagar las cuentas, la comida y la renta”. “Este no es definitivamente, un buen momento para aumentar los alquileres”.

La Ciudad de Nueva York creó el programa de renta estabilizada a fines de los 60 para ayudar a asegurar la posibilidad de alquileres asequibles en uno de los lugares más caro del planeta. Aproximadamente 1 millón de hogares, mas o menos la mitad de los hogares en renta, pertenecen al plan de renta estabilizada.

La Oficina de Rentas (RGB) aprobó los nuevos precios el 21 de junio. Antes de la voz de voto, manifestantes a favor de los inquilinos gritaron contra los miembros de la oficina. Escenas similares se produjeron antes en las afuera de la oficina publica de escuchas sobre los precios.

Los manifestantes presionaban a favor del no aumento de precios, aduciendo que la clase familiar trabajadora aún debe recuperarse de la crisis financiera producida por la pandemia.

Lo propietarios, por otra parte, aducen que necesitan de un aumento del 6 al 8% para poder hacer frente a los más elevados costos de operación, a las tasas y a la inflación, todo lo cual sigue creciendo mientras que los precios de los alquileres han permanecido sin cambios a lo largo de 8 años.

Al final, ninguna de las partes consiguió lo que quería.

Los inquilinos, por ejemplo, ahora enfrentan un aumento del 3.5% por contrato de alquileres por un año, pero esa cifra es solo un poco más de la mitad de lo que los propietarios pedían.

Los nuevos precios, sin embargo, son los más altos desde el 2013 cuando los contratos por un año de alquiler saltaron al 4 % y aquellos de dos años llegaron al 7,5%.

Desde la creación de la Oficina (RGB) en los años 60, el alcalde de la ciudad ha nombrado sus nueve miembros: dos representantes de los inquilinos, dos representantes de los propietarios y cinco “públicos”.

Los precios estáticos desde 2013 coinciden con la administración del ahora alcalde retirado Bill de Blasio.

Los grupos de propietarios se quejaron de que las personas colocadas por de Blasio no estarían abiertas a un descongelamiento de los precios.

Es por eso que buscaban un aumento del 6 al 8% afirmó Robert Ehrlich, uno de los dos representantes de los propietarios. Es un porcentaje que distribuye los altos costos de la inflación, el aumento de las tasas de propiedad, el aumento del agua y una serie de gastos infundados colocados desproporcionadamente por el City Council en los propietarios y no en los inquilinos, afirmo Ehrlich.

Christina Smyth, la otra representante de los propietarios, afirmó que el retorno de los precios de renta actuales no alcanza para ayudar a pagar la manutención para mantener los edificios seguros, limpios y habitables. “Los típicos edificios de renta estabilizada fueron construidos antes de 1974”. “Hagamos lo que hagamos, nadie gana”, dijo Smyth.

“Si mantenemos los precios de renta significativamente por debajo de los costos operacionales, corremos el riego de decadencia de las casas de renta estabilizada. Nuestros datos muestran que esto ya ha comenzado a suceder. Notamos menos capital investido en manutención de largo plazo”. “Cuando tienes en cuenta los pagos de hipoteca, apenas la mitad de los edificios con más del 80% de renta estabilizada están afectados. Estos son los edificios en las afueras del corazón de Manhattan en que los neoyorquinos de bajos recursos se apoyan.”

Los comentarios de Ehrlich and Smyth se hicieron eco de los comentarios de Christian González-Rivera, uno de los miembros “públicos” de la oficina, que apeló al City Council y a la Legislatura de New York para aliviar las tasas de impuestos que pesan sobre los propietarios de inmuebles. “Haciendo esto, afirma, se dispondría de más dinero para manutención de los edificios y se abajaría la necesidad de cobrar más renta”.

“La renta no debe ser la única fuente de dinero para cubrir la manutención”, afirmó Gonzales-Rivera. “Nuestros representantes elegidos deben dar un paso al frente y crear abatimientos de tasas para la manutención, o reformar la estructura de tasas que injustamente pesa sobre los edificios multifamiliares”.

“No puedes simplemente pasar el problema para la Oficina de Rentas, agregó. Eso no es justo con nosotros y ciertamente no es justo con los inquilinos que deben pagar rentas cada vez más altas, ni tampoco es justo con los propietarios que deben escoger entre pagar una cuenta con tasas más altas o remplazar el techo”

Entretanto, Apolinaris contempla un futuro incierto. Si la renta y otros costos de vida se encarecen mucho, ella tendrá que mudarse, aunque a ella le gustaría quedarse, pues tiene fuertes vínculos con Carroll Gardens, donde participa de la vecina parroquia St. Paul y St. Agnes en Sackett Street.

“Cuando nos mudamos aquí, mi hija tenía 12 meses y mi hijo un año y medio”, comentó. “Mi hija me insiste “Múdate con nosotros a Virgina”, pero mi hijo no quiere que me mude, pues él vive cerca y siempre me da una mirada”.

“Como tengo una “renta estabilizada” no quiero dejar mi apartamento. He vivido allí por 45 años y mis hijos crecieron en ese apartamento”.