MONS. ROBERT BRENNAN (OBISPO DE BROOKLYN)
«Hacía declaraciones, tomaba posturas sociales, pero también tenía una piedad muy tradicional y una humildad personal auténtica, arraigada en un sentido de la oración tradicional, en el amor a la Santísima Virgen, en la forma en que terminaba cada mensaje diciendo «rezad por mí». Creo que esas son las características que perduran. El papa Francisco siempre será recordado por su profundo respeto por la dignidad de todas las personas. A lo largo de sus doce años de papado, el papa Francisco se comprometió a mejorar el medio ambiente, promover la unidad entre las personas de fe y mejorar la vida de los pobres y oprimidos».
MONS. NICHOLAS DIMARZIO (OBISPO EMÉRITO)
«El Espíritu Santo actuó verdaderamente en la Iglesia cuando los cardenales eligieron a Jorge Bergoglio como nuestro nuevo papa tras la renuncia de Benedicto XVI. El papa Francisco estaba formado de manera única para los años de su pontificado, y su apertura al mundo y a sus problemas ha sido evidente a lo largo de su papado. Su cuidado por la Iglesia, y especialmente su inicio del proceso sinodal en la Iglesia, es verdaderamente obra del Espíritu Santo, ya que ha llevado a término la labor del Concilio Vaticano II. Mis interacciones personales con él siempre fueron un placer. Su sonrisa, su preocupación, su recuerdo de quién era yo y dónde servía en la Iglesia siempre fueron un verdadero estímulo para mí como obispo. Que el Señor le dé a Francisco la recompensa de su bondad y el descanso eterno».
MONS. JAMES MASSA (OBISPO AUXILIAR)
«El 28 de octubre de 2015, tuve la oportunidad de saludar al papa Francisco en la audiencia general del miércoles en Roma. En mi titubeante español, le recordé al Santo Padre que el 25 de septiembre anterior, durante su visita a Estados Unidos, había presidido el servicio interreligioso en el Museo del 11-S, que yo, como obispo recién ordenado, tuve el privilegio de coordinar. El Papa levantó las manos con entusiasmo, miró al cielo y comentó lo cautivador que le había resultado el acto, especialmente los testimonios del joven rabino y el imán, el coro juvenil de Nueva York cantando «Let There Be Peace on Earth» y el joven cantor judío entonando el Kadish por los que perecieron en aquel fatídico día de 2001. El papa, gran testigo mundial de la fraternidad humana durante los últimos doce años, se convirtió ese día en hermano y padre de todos los neoyorquinos».
MONS. PAUL SÁNCHEZ (OBISPO AUXILIAR EMÉRITO)
«[En la visita ad limina de los obispos de Nueva York en 2019] fue la tercera vez que el papa Francisco me saludó individualmente. Sus palabras cuando lo conocí siguen resonando en mi corazón. Me tomó de la mano y me dijo: «¡Reza por mí!»».
MONS. WITOLD MROZIEWSKI (OBISPO AUXILIAR)
«Después de reunirme con el papa Francisco, sentí una profunda sensación de fuerza espiritual y paz. Fue un momento extraordinario que me llenó de esperanza y humildad, así como de una fe renovada en la misión de la Iglesia. El encuentro con el Santo Padre me hizo sentir unido a toda la comunidad católica y me recordó mi responsabilidad como pastor. Fue un momento que me permitió reflexionar personalmente sobre mi vocación y mi misión, al tiempo que me dio nuevas fuerzas para llevar a cabo mi ministerio con aún mayor compromiso».
MONS. NEIL TIEDEMANN (OBISPO AUXILIAR EMÉRITO)
«El papa Francisco fue muy amable y cordial. Durante nuestro encuentro, hubo un intercambio muy abierto sobre nuestras experiencias y realidades pastorales. Nos escuchó y era evidente que estaba muy interesado en nuestra diócesis. A título personal, cuando el obispo DiMarzio me presentó, el papa Francisco me recibió con una broma y la repitió al despedirnos».
MONS. RAYMOND CHAPPETTO (OBISPO AUXILIAR EMÉRITO)
«¡Tuve el honor de encontrarme con el papa Francisco en dos ocasiones! La primera vez fue en el aeropuerto JFK en 2015, cuando realizó su visita pastoral a Nueva York, y la segunda vez durante la visita ad limina en 2019. Aún recuerdo la alegría que se reflejaba en su rostro. Sentí verdaderamente la presencia edificante de una persona profundamente espiritual».
MONS. OCTAVIO CISNEROS (OBISPO AUXILIAR EMÉRITO)
«Cada encuentro que he tenido con el sucesor de Pedro ha profundizado enormemente mi aprecio por la universalidad de la Iglesia. Hay una sensación palpable de la «presencia del pasado» que resuena en estos encuentros, tendiendo un puente entre la historia y el momento presente. He tenido el honor de conocer a cinco vicarios de Cristo. Cada uno aportó cualidades y perspectivas únicas, enriqueciendo mi comprensión de nuestra fe. Más recientemente, mi encuentro con el papa Francisco destacó por su cercanía e informalidad. Creo que esta conexión se vio reforzada por nuestra nacionalidad y lengua comunes, lo que hizo que la experiencia fuera aún más personal y significativa».