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Retiro de mujeres para acercarse aún más a Dios

Durante la segunda semana de abril, desde el viernes 13 hasta el domingo 15, 55 mujeres participaron en el retiro anual para mujeres que se llevó a cabo en Bishop Molloy Retreat House.

“Este retiro sirve para que aquellas personas que participan entiendan que el momento de Dios es ahora, no es algo que sucedió en el pasado o es algo que va a suceder, hoy es el día”, explica el padre John M. Lee, C.P., director de retiros de Bishop Molloy Retreat House.

Este es el décimo retiro de mujeres que organiza el padre Lee y en su presentación del sábado habló sobre los ancestros en la fe, Abraham, Isaías, Jacobo, Moisés, el Rey David, entre otros. “En muchos casos, sus historias son nuestras historias. Como ellos, a veces nos hemos sentido abandonados por Dios, cuando en realidad Él está con nosotros siempre”.

El padre Michael Green, C.P. (izquierda) y el padre John Lee, C.P. dictaron las charlas y celebraron la eucaristía. (Foto: Darío López-Capera/ Nuestra Voz)

Para el padre Michael Green, C.P., quien hace parte del grupo de sacerdotes de Bishop Molloy Retreat House, “lo importante de este retiro es que las personas tienen la oportunidad de aclarar su mente, siendo capaces de pensar en qué clase de personas quiero ser, también les permite a ellas reflexionar sobre situaciones personales que están viviendo con familiares o amigos, también les permite a ellas reflexionar sobre qué tan cerca estoy de Dios”.

El encuentro empezó a las 7:00 p.m. del viernes con una cena donde las 55 mujeres participantes se encontraron con amigas de su comunidad y también compartieron con personas que llegaban por primera vez al retiro o con quienes llevan varios años asistiendo.

“He venido desde hace muchos años, la primera vez que lo hice fue por una amiga que me contó sobre el retiro, es muy refrescante porque no nos damos cuenta de lo maravilloso que es y la cantidad de personas que asisten. Todas tenemos una razón para venir y me gusta sentir la presencia de Jesús”, cuenta MaryAlice McCrann, quien pertenece a la parroquia San Estanislao Kostka y Transfiguración, este es su retiro número 26.

(Foto: Darío López-Capera/ Nuestra Voz)

Eileen Romanieloo, también asiste a la parroquia San Estanislao Kostka y Transfiguración, para esta madre de siete hijos este no era su primer retiro. “Siempre vengo con mi grupo de amigas de la parroquia, para mí es un momento de tranquilidad y de reflexión y lo hago porque necesito rezar, venimos y sentimos que podemos ayudar a las personas, rezando por ellas”.

“Vine porque es mi tiempo de estar tranquila junto a Dios, también lo hago para encontrarme con amigas y además este es mi tiempo”, comenta Linda Sherlock-Reich, ella hace parte de la parroquia San Juan Nepomuceno en Bohemia, Long Island.

Para Mary Bajdek, quien pertenece a la parroquia de San Finbar en Brooklyn, fue su retiro número 30. “Es mi tiempo, la oportunidad de encontrarme y rezar con viejas amigas y dedicarle tiempo a Dios.

Fran Grosso vino a este retiro junto a otras amigas de su parroquia, Santa Catalina de Siena en Jamaica, Queens. “Vine hace cinco años y vi un milagro en mi vida y vengo cada año”.

“Vengo desde hace 35 años, me encanta la paz y la tranquilidad, las charlas, la capilla. Tengo tres hijos y seis nietos, tengo mucho trabajo en mi casa, pero este es mi tiempo”, dice Mary Montaruli. (Foto: Darío López-Capera/ Nuestra Voz)

“Vengo desde hace 35 años, me encanta la paz y la tranquilidad, las charlas, la capilla. Tengo tres hijos y seis nietos, tengo mucho trabajo en mi casa, pero este es mi tiempo”, dice Mary Montaruli.

Ada Pérez también aprovecha este tiempo para reencontrarse con sus amigas. “Trabajé con los pasionistas en los años 70s como secretaria y un día me enteré del retiro y decidí venir, es un momento para pasar juntas, agradecer a Dios por lo que nos ha dado, soy muy feliz estando aquí junto a mis amigas”.

Ivy Moreno vivió un momento difícil en su vida, la muerte de su hija en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, desde ese momento se acercó más a Dios, ella vive con su nieto de 12 años y enfrenta un momento difícil en la relación con su hijo. “En mi casa las cosas no están bien, yo vengo cada año, este es mi décimo retiro, yo creo que Dios me guía para venir porque aquí puedo rezar, por este fin de semana estoy calmada, puedo rezar, sentirme cerca a Dios, este retiro para mí es una gran ayuda”. Ella vino de El Bronx.

El retiro se clausuró con una misa en la capilla el domingo a las 11:00 am. (Foto: Darío López-Capera/ Nuestra Voz)

En el retiro las mujeres escucharon atentas las charlas del padre Lee y del padre Green, también cantaron alabanzas, tuvieron el tiempo de confesarse, disfrutaron de la jornada de discusión sobre las parábolas de Jesús, vivieron un momento de reflexión profunda durante la meditación en silencio del sábado.

El domingo cada una de las asistentes escribió una carta que entregaron en un sobre sellado al padre John y al padre Michael. “Nosotros se las enviamos a sus casas en diez meses y así cuando la reciben ellas pueden dar una mirada atrás y recordar y reflexionar sobre lo que sentían al terminar este retiro”, explica el padre John Lee, C.P.

“Muchas de estas mujeres son miembros de una misma parroquia, pero también hay quienes vienen solas y encuentran que este es su hogar y ellas mismas se encargan de hablar con sus amigos y familiares y contarles de este retiro. Ellas necesitan descansar, tomar un descanso de su trabajo o de sus labores en el hogar”, comenta el padre Green.

A las 11:00 a.m. del domingo el retiro se clausuró con una misa en la capilla. “Este retiro sirvió para que ellas dejen a un lado las ocupaciones de sus vidas y dejen entrar a Dios realmente en su vida, nosotros ayudamos en ese proceso, al final del retiro las personas se sintieron revitalizadas en su fe, con una fe más completa, que los lleva en la dirección correcta”, concluye el padre Lee.