No es novedad la estrecha relación que une al Papa Francisco con la Santísima Virgen, por lo que hubiera sido impensable que el Santo Padre pasara por Portugal sin visitar Fátima.
El Pasado 13 de mayo, día en que se celebra esta advocación mariana, el Papa la recordó durante la audiencia con la Union Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas a quienes les presentó María como modelo de mujer por excelencia, mientras lamentaba que en ese país donde se apareció la Virgen se apruebe una ley para matar, en referencia a la reciente ley de eutanasia aprobada en Portugal.
El Papa salió de Lisboa a bordo de un helicóptero del ejercito lusitano durante la mañana muy temprano y a su llegada fue acogido por unos 200.000 peregrinos en medio de un cielo oscurecido por el humo y las cenizas resultado de un incendio forestal ocurrido a un centenar de kilómetros del Santuario de Fátima.
Luego del aterrizaje el papa saludó a los peregrinos desde el papamovil en el que se dirigió hacia la pequeña capilla ubicada en el lugar donde en 1917 la Virgen se apareció a los tres pastorcitos.
En la Capilla de las Apariciones el Santo Padre se puso de rodillas para orar un momento en silencio, oración que fue acompañada con lagrimas en los ojos de los peregrinos. Posteriormente el Papa entregó un rosario de oro a la Virgen como ofrenda por su visita.
El rezo del Rosario fue junto a un numeroso grupo de jovenes que padecen diferentes dolencias y se contemplaron los misterios de gozo. La oración fue iluminada por diferentes textos de la Palabra de Dios y animada por un importante coro polifónico.
Terminado el Rosario, el obispo de Leiría-Fátima, Mons. José Ornelas Carvalho, pronunció un discurso de bienvenida y agradecimiento al Santo Padre, acogemos a su santidad en su deseo de ser peregrino orante junto a María Madre de Jesus y Madre nuestra […] quien oró junto a los discípulos […] oramos con usted y oramos por usted […] en este lugar donde Maria reveló su maternal presencia y su intercesión por el ministerio de Pedro en la Iglesia […] nos unimos también a la oracion de Su Santidad por la paz con la que este santuario se identifica profundamente, en particular ante la guerra en Ucrania y en tantos otros focos de conflicto en el mundo.”
Posteriormente el Papa pronuncio un discurso que comenzó con agradecimiento al Obispo Ornelas y a todos los presentes. El Santo Padre recuerda que el rosario es una oracion llena de vida y que los misterios gozosos hablan de que la Iglesia solo puede ser una casa llena de gozo, una casa sin puertas para que todos puedan entrar.
El Pontífice enfatizó que la Iglesia como casa de la Madre debe estar abierta a todos. Tambien reflexionó sobre la dimensión mariana de las peregrinaciones Maria fue la primera peregrina, […] salió corriendo para servir a su prima […] nuestra Señora apurada, les gusta este titulo? bromeó el Papa. Presentó a María como una mujer que tiene prisa por servir, que acoge, que no busca protagonismos, sino que siempre nos señala a Jesús.
Respecto del santuario de Fatima, Francisco dijo que ese lugar recuerda a que María que se hizo presente allí de forma especial para que la incredulidad de tantos corazones se abriera a Jesus. Hoy esta [Maria] está aquí entre nosotros,” afirmó el sucesor de Pedro.
El papa termino invitando a los peregrinos a mirar a María y pensar qué nos está señalando María, a veces nos señala a Jesús, continua Francisco, pero a veces nos esta señalando alguna cosita que en nuestro corazón no esta andando bien, le preguntemos, Madre ¿qué me estas señalando a mi? Esa es Maria, esa es nuestra Madre, Nuestra Señora apurada por estar cerca de nosotros, que ella nos bendiga a todos. Amen.
El discurso profundo y sencillo fue espontáneo y conmovió los corazones de los presentes que lo ovacionaron con un fuerte aplauso. La culminación fue el rezo del Ángelus y la Bendición que la impartió en latín. Después de esto el Papa abandono el predió del santuario mientras saludaba a los peregrinos presentes.