CIUDAD DE MÉXICO (Por David Agren/CNS) — Un sacerdote franciscano murió en una ráfaga de disparos cuando se dirigía a celebrar la misa y ofrecer los sacramentos en una aldea mexicana conocida por los conflictos con los cárteles de la droga.
El padre Juan Antonio Orozco, de 33 años, fue asesinado el 12 de junio a última hora de la mañana cuando conducía en una región rural del oeste del estado de Durango, donde “entró en el fuego cruzado entre dos grupos que luchaban” en la carretera Durango a Zacatecas, dijo Mons. Luis Flores Calzada. obispo de Tepic, en una breve publicación en las redes sociales. El obispo incluyó una foto de la víctima, vestido con túnica blanca, acostada frente a una camioneta roja con las insignias del ministerio parroquial de los franciscanos. La camioneta tenía varios agujeros de bala.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) también emitió un comunicado el 13 de junio —firmado por su presidente, Mons. Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, y por su secretario general, Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey—, lamentando el fallecimiento del sacerdote, miembro “del clero de la Prelatura de Nayar”, quien al “dirigirse a celebrar la Eucaristía en la comunidad de Tepehuana de Pajaritos, fue privado de la vida víctima de la violencia que se vive en nuestro país”.
El padre franciscano Gilberto Hernández, portavoz de la Orden de los Frailes Menores, también confirmó que el sacerdote asesinado había viajado para celebrar la misa en un pueblo rural. El padre Orozco era uno de los tres sacerdotes franciscanos que trabajaban en la parroquia de Santa Lucía de la Sierra en una parte accidentada y aislada del estado de Zacatecas. El portavoz dijo que no se habían hecho amenazas contra el padre Orozco, a pesar de que la región tiene problemas de seguridad pública.
“La muerte de nuestro párroco nos conmociona mucho”, decía un comunicado en la página de Facebook de la parroquia Santa Lucía de la Sierra. Las llamadas a la parroquia no recibieron respuesta.
“Hacemos un llamado a las autoridades civiles para que finalmente pongan un límite a la violencia y el acoso de nuestras comunidades. Ahora hay muchas víctimas entre nuestra gente y ahora nuestro sacerdote. ¿Quién sigue?”.
La muerte violenta del padre Orozco, conocido como el padre Juanito, marca otro asesinato de un sacerdote en México. Al menos 29 presbíteros han sido asesinados en México desde 2012, según el Centro Católico Multimedia.