EN MANORVILLE, NUEVA YORK, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Isla, un lugar hermoso que transmite una paz y una tranquilidad increíbles. Este Santuario está en Long Island, a una hora y media de Queens y Brooklyn.
“El Santuario de Nuestra Señora de la Isla fue establecido por los Misioneros de la Compañía de María para ser un centro de auténtica espiritualidad y devoción mariana, y para renovar la vida católica en la Diócesis de Rockville Center a través de la liturgia, la predicación y las peregrinaciones”, explica en su página web.
Dos de sus principales atracciones son el Santo Rosario al aire libre y el Vía Crucis con sus estaciones también al aire libre. Todos los domingos a las 3:00 p.m. se celebra la Hora Santa.
En 1953 Crescenzo y Angelina Vigliotta donaron 70 acres (poco más de 28 hectáreas) a los Misioneros de Montfort, la idea de los Vigliotta era que ese terreno sirviera para honrar a la Virgen María. En 1976, se construyó la capilla del Santísimo Sacramento y el lugar fue dedicado como santuario.
Para monseñor Paul Sánchez, obispo auxiliar de Brooklyn, “el santuario es un lugar de retiro y oración, es lindo y tranquilo. Cuando estoy ahí siento una tranquilidad muy grande, es un lugar dedicado a la oración, es un don para nosotros”.
El largo viaje al santuario es muy atractivo por los paisajes que se pueden ver en el recorrido. Al llegar, la caminata desde el parqueadero a la capilla es un recorrido que inspira tranquilidad. Este santuario nos acerca a nuestro Señor Jesucristo, a la Virgen María, a San Juan Pablo II y, en general, a todos los santos.
La imagen de la Virgen María en lo más alto del santuario es el lugar donde llegan los peregrinos a hacer sus peticiones. Esta imagen de 18 pies de altura (5.48 metros) sobre una roca es otra de las grandes atracciones del santuario.
En medio de la caminata se encuentran la estatua de San Juan Pablo II, Santa Faustina y en el medio de ambos el Señor de la Divina Misericordia.
El recorrido termina con la tienda del santuario, un lugar donde puede encontrar imágenes de Cristo, de las diferentes advocaciones de la Virgen María y de los santos. En un rincón hay algo que no se puede perder: una excelente colección de películas religiosas.
Este es un lugar que debe conocer, es un sitio de paz y reflexión, y es un viaje perfecto para hacerlo en familia.