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Secuelas del 9/11 llegan a Misisipi

MANHATTAN — Cuando Kate Baragona fue diagnosticada con cáncer a principios de este año se quedó boquiabierta. Pero la noticia también fue un recordatorio de cuán trascendentales son los efectos de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, 18 años después del hecho.

Mientras los neoyorquinos recordaban los horribles sucesos del 11 de septiembre el pasado mes de septiembre, Kate reflexionaba sobre su propia historia y cómo las consecuencias de los ataques la golpearon personalmente.

Kate Baragona, de 60 años, y madre de dos hijos adultos, ahora vive en Misisipí. Durante varios años antes y después del 11 de septiembre trabajo para Citigroup Global Markets en Greenwich Street en esa área del bajo Manhattan, respirando el aire tóxico de los escombros que quedaron luego de los ataques. Se salvó de los ataques, porque en el momento en que los dos aviones chocaron, ella iba conduciendo al trabajo desde su casa, en aquel entonces, en Nueva Jersey.

Diecisiete años después, en octubre del año pasado, Kate estaba haciendo un viaje de más de una hora desde su casa en Poplarville hasta Nueva Orleans, donde está la consulta del médico que le haría (o al menos era lo que ella pensaba) una cirugía de reemplazo de rodilla rutinario.

“Debían realizarme un examen físico general antes de la cirugía, y fui a un médico al que nunca había visitado antes en Luisiana”, dijo Kate Bargona. “Hicimos todas las pruebas junto a una mamografía y me hizo prometer que volvería”.

Después de la cirugía, cuando regresó a un hospital en Nueva Orleans para hacerse una mamografía, los resultados no coincidían con los de la mamografía que le habían hecho el año anterior. Luego le pidieron que se hiciera dos mamografías más y una ecografía.

Las pruebas revelaron que Kate tenía un tipo de cáncer de seno que requería cirugía para extirparlo. La cirugía tuvo lugar el pasado febrero. Después, se le comenzó a formar un bulto en la misma pierna donde le habían hecho el reemplazo de rodilla.

Las pruebas revelaron que Kate Bargona tenía dos tipos de cáncer de seno, y otro más en su pierna.

“¿Cómo es que una persona contrae tres tipos de cáncer de un día para otro?”, preguntó.

Los médicos de Kate Baragona en Luisiana intentaron tratar sus cánceres agresivamente y contemplaron amputarle la pierna. No tenían ni idea de que sus cánceres estaban relacionados con el 11 de septiembre.

Mientras tanto, Kate pidió remisiones para recibir tratamiento en los principales centros oncológicos de todo el país. Uno de los lugares fue el Memorial Sloan Kettering Cancer Centeren Manhattan.

“Seis horas después de la consulta, en Memorial Sloan Ketteringme dijeron que me llamarían el lunes. Eso fue un viernes. El lunes me dijeron que tenía una cita programada para el jueves”, dijo, lo que significa que tendría que volar a Nueva York con poca antelación. Los médicos del Memorial Sloan Ketteringestán más familiarizados con los cánceres raros y no dudan que los tres tipos de cáncer de Kate Bargona estén relacionados con el tiempo que ella estuvo trabajando cerca de la Zona Cero después del 11 de septiembre.

Según Michael Barasch, un abogado cuya firma ha representado a miles de clientes que padecen enfermedades relacionadas con el 11 de septiembre, 425,000 personas han tenido que enfrentar efectos adversos posteriores al 11 de septiembre, incluidos 300,000 empleados de oficina. Kate Bargona es una de ellas.

“Esas personas son a las que yo llamo, las ‘víctimas olvidadas’ ”, dice el abogado Barasch.

“No tuve síntomas. Fue algo desconcertante”, dijo Kate. Si no hubiera sido por su cirugía de rodilla, nunca hubiera sabido que tenía cáncer causado por trabajar cerca de la zona del desastre.

“Diez o 18 años después, ¿por qué pensarías que la causa de tu enfermedad hubiera sido la situación a la que estuviste expuesto tantos años antes? Jamás lo hubieras imaginado”, dijo Barasch.

Kate, quien se mudó a Mississippi en el año 2014, ahora debe viajar a Nueva York para someterse a evaluaciones y mamografías en Memorial Sloan Ketteringuna vez cada seis meses. Mientras tanto, toma una píldora diaria que le administra una dosis baja de quimioterapia.

Su atención médica en Nueva York está siendo cubierta por Programa de Salud del World Trade Center. Desde el año 2011, más de 21,000 sobrevivientes que vivieron o trabajaron en el área de la Zona Cero entre el 11 de septiembre de 2001 y mayo de 2002 se han inscrito en este programa. Menos de 100 sobrevivientes inscritos en el programa son de Luisiana, donde Kate comenzó a recibir su tratamiento médico cuando no tenía ni idea de esta silenciosa secuela que el 11 de septiembre había dejado en ella.