Sobran las palabras (Enough Said)

“Todos deberíamos colgarnos un cartel
con nuestras cosas malas para
que se supieran de antemano”.
—Albert

“CADA QUIEN habla dependiendo de cómo le fue en la fiesta”, dice el refrán popular. Ante cualquier acontecimiento, viaje o relación, tenemos la costumbre de preguntar a conocidos y extraños “cómo les fue, cómo fue la experiencia”. Lo hacemos con una extraña mezcla de inseguridad y prevención.

Sería bueno considerar que las circunstancias de mi vecino no son necesariamente las mismas mías, por lo que a veces es mejor preguntar menos y vivir más.

Esta película narra la vida de Eva, una mujer que trabaja como masajista a domicilio y que es una madre divorciada que pronto experimentará el síndrome del nido vacío cuando su hija inicie sus estudios en la universidad. Justo cuando su vida experimenta estos cambios conoce y comienza a salir con Albert, un hombre de su edad, dulce y divertido, con quien comparte el mismo sentimiento ante la inminente partida de sus hijos de casa.

Al mismo tiempo Eva hace amistad con una de sus clientas, Marianne, una poetisa que frecuentemente se desahoga con ella hablando de su ex esposo y de sus tantas diferencias que acabaron con su matrimonio. Eva no puede imaginar que aquel hombre del cual ya está enamorada resulta ser el mismo ex marido del que tanto reniega su cliente y ahora su amiga.

Eva aún no sabe si seguir alimentando la relación con el hombre que la enamoró y que ella conoce o si condenar su oportunidad de ser feliz al creer que su relación será la segunda parte de la historia de fracaso que le cuenta su amiga.

Esta comedia romántica, escrita y dirigida por Nicole Holofcener, habla de la complejidad de las relaciones afectivas en medio de situaciones divertidas pero cotidianas. Sus protagonistas están lejos de ser el clásico galán y la exitosa soltera profesional en busca del amor perfecto. Es una película ligera, pero que vale la pena ver.

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