Fatima

El 13 de mayo / en Cova de Iría / bajó de los cielos / la Virgen María. El tradicional canto mariano español, que muchos católicos hemos entonado tantas veces, narra con versos muy sencillos las apariciones de la Virgen a tres humildes pastorcitos. Ocurridas en 1917, cerca del entonces pequeño poblado portugués de Fátima, esas apariciones originaron una de las más extendidas devociones católicas, y su historia ha sido llevada al cine en varias ocasiones: The Miracle of Our Lady of Fatima (John Brahm, 1952); The 13th Day (Dominic & Ian Higgins, 2009) y Fátima (Fabrizio Costa, 1997), entre otras.

En esta nueva versión del director italiano Marco Pontecorvo (hijo del famoso Gillo Pontecorvo, que dirigiera en 1966 la memorable La Battaglia di Algeri), los acontecimientos se narran mediante los flashbacks que suscita una entrevista entre la ya anciana hermana carmelita Lucía Dos Santos, la mayor y única sobreviviente de los tres niños videntes (ella murió en 2005), y un profesor agnóstico que investiga las apariciones de Fátima. El agudo intercambio entre ambos aborda no pocos de los temas filosóficos y teológicos que plantean las apariciones.

Fatima tiene indudables logros que permiten compararla con ventaja con versiones anteriores. En primer lugar, la cinta pone aquellos sucesos en su debido contexto histórico, político y social: el Portugal de 1917 era una joven república, con un gobierno liberal furiosamente anticatólico, y el país, empobrecido por la Primera Guerra Mundial que arrasaba a Europa, vivía en la angustia por la vida de sus jóvenes soldados que habían marchado al frente.

A diferencia de tantas películas de tema histórico-religioso, cuyos personajes son poco más que figuras de cartón que forman parte del decorado, Fatima nos los muestra como seres humanos que lidian como pueden con las situaciones extraordinarias que les ha tocado vivir. La madre de Lucía, muy dura por momentos, es una buena mujer, atormentada por una trágica circunstancia familiar. El alcalde, por su parte, se debate entre las presiones políticas e ideológicas de sus superiores y los reclamos de su esposa creyente, mientras que el obispo teme por las represalias que puede sufrir la Iglesia a causa de la reacción del gobierno ante las multitudinarias manifestaciones de fe popular. Contra todas las presiones, los niños insisten en la veracidad de las apariciones.

Rodada en su totalidad en locaciones en Portugal, Fatima cuenta con una excelente ambientación y una bellísima fotografía, que recrea sin artificiosidad el efecto de imágenes de época. No recurre a aparatosos efectos especiales, sino que opta por un enfoque sencillo y respetuoso, muy a tono con los eventos que relata. El desempeño actoral es impecable, en especial el de la joven actriz española Stephanie Gil, que interpreta a Lucia niña.

Los productores no podían imaginar lo oportuno que sería revivir el inspirador testimonio de fe y esperanza de aquellos inocentes videntes en estos tiempos de angustia.

Programada originalmente para estrenarse en abril de 2020, llegó a salas seleccionadas y a una variedad de plataformas de streaming el 28 de agosto.

Fatima / EE.UU.-Portugal / 2020 / color, 113 minutos / Dirección: Marco Pontecorvo / Intérpretes: Stephanie Gil, Lúcia Moniz, Joaquim de Almeida, Goran Visnjic, Harvey Keitel, Sônia Braga.

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Gustavo Andújar es Expresidente de SIGNIS, Asociación Católica Mundial para la Comunicación. Puedes seguirlo en su cuenta de Twitter.