Caos en el Capitolio mientras el Congreso se reúne para confirmar resultados electorales

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WINDSOR TERRACE — El caos se desató en la capital del país este miércoles 6 de enero por la tarde cuando los partidarios del presidente Donald Trump penetraron en el edificio del Capitolio nacional para boicotear la una sesión conjunta de los legisladores para contar y confirmar los votos del colegio electoral.

El vicepresidente Mike Pence y los demás miembros del cuerpo legislativo fueron evacuados y la sesión fue suspendida y obligada a un receso mientras las fuerzas del orden trabajaban para manejar la situación.

Justo después de las 4 p.m., el presidente electo Joe Biden celebró una conferencia de prensa televisada en la que pidió a Trump que “intensificara” y condenara lo que llamó un “asedio”.

“Las palabras de un presidente importan. No importa qué tan bueno o malo sea ese presidente”, dijo Biden desde Wilmington, Delaware. “Hago un llamado al presidente Trump para que salga a la televisión nacional ahora para cumplir su juramento y defender la constitución y exigir el fin de este asedio”.

Trump lo siguió alrededor de las 4:20 p.m. con un mensaje llamando a los manifestantes a “irse a casa”, al tiempo que enfatizaba que la elección fue robada.

“Sé que estás sufriendo. Sé que estás herido. Nos robaron una elección ”, dijo Trump en un discurso televisado. “Pero tienes que ir a casa ahora. Tenemos que tener paz. Tenemos que tener ley y orden. Tenemos que respetar a nuestra gente de orden público “.

Las fotos y el video de la escena mostraron a los manifestantes que habían alcanzado el piso del Senado. En el lado de la casa, las imágenes desde el interior mostraban a los agentes de policía vigilando la puerta con armas en la mano mientras alguien intentaba entrar.

Fuera del edificio del Capitolio, un mar de personas ocupaba los escalones y el área al frente ondeando banderas de Trump 2020 y las amarillas libertarias de Gadsden con la leyenda “Don’t Tread On Me (No me pises)”.

Hubo informes de que una mujer recibió un disparo en el pecho y varios agentes de policía tuvieron que ser retirados del edificio del Capitolio con lesiones derivadas de las protestas.

Los agentes del orden también investigaron informes de bombas caseras en múltiples lugares de Washington, D.C.

Se localizó y detonó un artefacto explosivo de forma segura en la sede del Comité Nacional Republicano, y se encontró un paquete sospechoso en la sede del Comité Nacional Demócrata cercana, lo que provocó una evacuación.

Varios obispos han intervenido en las redes sociales, aunque ninguno ha condenado exteriormente lo sucedido ni emitido una declaración.

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Mons. José H. Gómez, arzobispo de Los Ángeles, y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), emitió la siguiente declaración en respuesta a la violencia en el Capitolio de los Estados Unidos:

“Me uno a personas de buena voluntad para condenar la violencia de hoy en el Capitolio de los Estados Unidos. Esto no es lo que somos como estadounidenses. Oro por los miembros del Congreso y el personal del Capitolio y por la policía y todos los que trabajan para restaurar el orden y la seguridad pública.

“La transición pacífica del poder es uno de los sellos distintivos de esta gran nación. En este momento preocupante, debemos volver a comprometernos con los valores y principios de nuestra democracia y unirnos como una nación bajo Dios. Los encomiendo a todos al corazón de la Santísima Virgen María. Que ella nos guíe por los caminos de la paz y nos obtenga la sabiduría y la gracia de un verdadero patriotismo y amor a la patria”.

También Mons. Michael Olson, obispo de Fort Worth, retuiteó un tweet de Trump en el que el presidente pedía a sus partidarios: “Por favor, apoyen a nuestra policía y las fuerzas del orden del Capitolio. Realmente están del lado de nuestro país. ¡Mantengan la calma!”

A las 4:45 p.m., Las protestas continuaron mientras la policía trabajaba para controlar la escena. La alcaldesa de Washington D.C., Muriel Bowser, ordenó un toque de queda en la ciudad a las 6 p.m.

Reacciones a la visita del Papa

Un niño abraza al papa Francisco en las afueras del santuario de San Alberto Hurtado en Santiago, Chile, el 16 de enero. (Foto CNS / L’Osservatore Romano vía Reuters).

Nuestra Voz habló con Mario Paredes, chileno, CEO de Advocate Community Providers, fundador y presidente ejecutivo de Catholic Association of Latino Leaders. El Sr. Paredes estuvo en Chile, durante la visita del Papa a su país.

NV: ¿A qué se debieron las protestas en Chile?

Mario Paredes: Muchas de las protestas nacen de sectores políticamente desafectos a la sociedad chilena, son sectores radicalizados en una ideología que es violentista, anarquista, una ideología que es caduca, como fue la derrota del comunismo en Chile en 1973. Esos sectores [usaron] los recursos mediáticos de una visita de carácter mundial como es la del Papa, para tratar de ocupar el centro de la atención. Para eso quemaron algunas iglesias, montaron algunas protestas en algunas esquinas, pero nada realmente sustancial.

Hay otras protestas que se originaron a la luz de los escándalos de abusos sexuales por parte de algunos ministros de la Iglesia y el hecho de que el Mons. Juan Barros, obispo de Osorno, ha sido acusado de encubridor.

NV: ¿Qué deja la visita del Papa Francisco a Chile?

MP: Chile, como país, ha entrado en una nueva etapa de la historia, de una sociedad en vías de desarrollo a una sociedad mucho más avanzada, más moderna, más organizada, más educada, con más recursos económicos y con una entrada per cápita para cada ciudadano mucho más alta que el resto de los países de América Latina.

La religiosidad del pueblo chileno, de alguna manera, disminuye y si a eso usted le agrega la mala publicidad de la Iglesia por los escándalos y si le agrega las ideologías foráneas que ven a la Iglesia como una amenaza, entonces obviamente que entramos en una sociedad bastante secularizada, donde la Iglesia ha disminuido en credibilidad, en liderazgo y en presencia, pero a la vez, la Iglesia crece como una comunidad mucho más sólida en cuanto a las razones de su propia fe y de su propia misión y eso fue lo que hizo Francisco, afianzar la Iglesia como una comunidad de fe menor en cuanto a número, pero más rica en cuanto a vivencia evangélica.

Padre Lorenzo Ato y el cardenal Dolan.

Nuestra Voz también hablo con el padre Lorenzo Ato, director de Comunicaciones Hispanas de la Arquidiócesis de Nueva York y párroco de Santa Brígida y San Emérico en Nueva York. El padre Ato, peruano de nacimiento habló con nosotros sobre la visita del papa Francisco a Perú.

Nuestra Voz: ¿Cómo vivió la visita del papa Francisco a Chile?

Padre Lorenzo Ato: Quedé sorprendido. Con la presencia del Papa hubo un vuelco general del pueblo en las calles, desde que salió del aeropuerto hasta la Nunciatura y en Trujillo, en Maldonado, había mucha gente expresando su devoción, su amor a la Iglesia, su amor al Papa, quedé muy sorprendido.

[El Papa] dijo que Perú era un país muy rico en su fe, en su geografía, en la naturaleza, yo creo que quedó con un sabor de querer regresar un día nuevamente a Perú con todo lo que el Santo Padre ha experimentado con el recibimiento y la acogida que sintió.

México en jaque y en crisis

AFP Photo:Yuri Cortez
Foto: AFP Photo/Yuri Cortez

Con gritos y pancartas de “Fuera Peña Nieto”, las multitudes inundaron la Plaza de la Constitución en la capital del país y los predios aledaños al Palacio Nacional donde reside el presidente. Ciudades como Guadalajara, Jalisco; Villahermosa, Tabasco y Cuernavaca, Morelos, entre otras, también fueron testigos del gentío de manifestantes exigiendo justicia social.

“Lo que detonó la bomba fue el aumento de la gasolina y por otro lado el aumento de sueldo desmedido y «bonos de productividad» que se autoasignaron los funcionarios públicos de casi todos los estados”, expresó Israel Ochoa, artista gráfico de Nuestra Voz, quien estuvo de visita recientemente en su tierra natal de Monterrey, al norte de México. Añadió que “hay un descontento y un hartazgo sobre los abusos del gobierno para con el pueblo”.

El aumento eleva el precio promedio de un litro de gasolina a casi un dólar. La conversión de cuatro litros por galón equivale al salario mínimo de un trabajador mexicano que gana unos 4 dólares al día.

“No me interesa el presidente, me manifiesto para defender mi bolsillo, tenemos que sobrevivir con lo mínimo y este aumento nos hace la vida imposible”, dijo Yolanda Bañuelos a la prensa que cubría la protesta de manifestantes que tomaron una gasolinera del centro de la capital.

Las protestas comenzaron a principios de 2017 y han dejado un saldo de por lo menos seis muertos, más de 1.500 arrestados y más de 1.000 negocios y tiendas saqueadas.

El blanco de las protestas es la reforma energética y las políticas económicas del presidente. A lo largo de la nación azteca se califica el incremento de “abusivo” y se señala que todo se debe a la “corrupción” en el gobierno de Peña Nieto que ahora negocia con el presidente Donald Trump los temas del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica y la construcción del muro entre México y Estados Unidos.

“Espero que cada vez más la gente use su derecho a protestar en contra de las injusticias y espero que en las próximas generaciones de jóvenes crezca esa inquietud de estar informados y de no agachar la cabeza ante las leyes impuestas por esos criminales que tenemos como gobernantes”, concluye Ochoa.

People are seen looting stores in Actopan, Mexico, during a Jan. 4 protest against increasing gas prices. Mexican bishops are calling for calm after an increasing number of protests over high gas prices. (CNS photo/Ulises Naranjo, EPA) See MEXICO-GAS-PROTESTS-BISHOPS Jan. 9, 2017.
Foto: Catholic News Service