Columna del Obispo

Un año triunfante para la educación católica

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS EN CRISTO:

Al reflexionar sobre este último año escolar, me impresionan los contrastes que existen entre las luchas que hemos enfrentado y los triunfos que hemos experimentado durante la pandemia del coronavirus. El resumen de este último año académico como un triunfo puede parecer increíble para la mayoría.

Sin embargo, es evidente que a través de la fe, la perseverancia y la esperanza, las Academias Católicas y las Escuelas Parroquiales de la Diócesis de Brooklyn han florecido. Ante el miedo y la incertidumbre, las comunidades escolares trabajaron juntas para proporcionar entornos de aprendizaje presenciales seguros para todos los estudiantes.

Septiembre de 2020 dio la bienvenida a puertas abiertas a los estudiantes de nuestras 69 academias primarias católicas y escuelas parroquiales en Brooklyn y Queens. Desde nuestros alumnos de guardería más pequeños hasta nuestros estudiantes de octavo grado que se gradúan, tuvieron oportunidades de aprendizaje en el aula.

Tenemos una tremenda deuda de gratitud con cada miembro del claustro de maestros y el personal escolar por sus esfuerzos para hacerlo realidad. Los maestros, con los mejores intereses de los estudiantes en sus corazones, trabajaron incansablemente para cultivar un regreso a la “nueva normalidad”.

Superando cada bache en el camino, estaban listos para brindar exactamente lo que los estudiantes necesitaban, ya fuera apoyo académico o emocional.

Este año, el mundo realmente ha sido testigo de que los maestros son “trabajadores esenciales”. Para la Iglesia Católica, el papel de nuestros maestros supera al de otros educadores. Se les confía no solo como impartidores de conocimiento, sino como testigos de nuestra fe, fundamentales para guiar a nuestros hijos en Brooklyn y Queens a conocer y amar a Jesús.

La dedicación de nuestros maestros es un verdadero regalo y sello de la misión de la educación católica. La voluntad de nuestros maestros de regresar a las aulas, con el apoyo de nuestros directores, para brindar educación católica “en persona” este año ha marcado la diferencia.

Los ajustes realizados por nuestros profesores para enseñar “en persona” y “en línea” han sido notables. Los sacrificios de nuestros maestros para lograr esta tarea educativa es verdaderamente un reflejo de su compromiso con sus estudiantes.

La diferencia de la escuela católica en nuestra reapertura y la inversión sostenida en los estudiantes y las familias no pasó desapercibida. La matrícula de kindergarten a octavo grado en nuestras escuelas primarias aumentó este año en un 40%.

Ha sido una bendición dar la bienvenida a los nuevos estudiantes y sus familias a nuestra familia católica y brindarles la experiencia de un entorno seguro, afectuoso y centrado en valores durante este momento difícil.

Recuerdo un fragmento de nuestro Santo Padre en su Carta Apostólica, Patris Corde, escrita en celebración del Año de San José: “Cuando nos enfrentamos a un problema podemos detenernos y bajar los brazos, o podemos ingeniárnoslas de alguna manera. A veces las dificultades son precisamente las que sacan a relucir recursos en cada uno de nosotros que ni siquiera pensábamos tener”.

Desde el primer día de este año escolar, la Diócesis de Brooklyn estuvo creando soluciones y desarrollando recursos para acomodar a todos los estudiantes y familias. A medida que se inscribían nuevos estudiantes para el aprendizaje presencial, también se estaba creando un innovador programa en línea.

Por primera vez, los estudiantes estuvieron conectados a través de una vibrante comunidad online, el Programa de Aprendizaje a Distancia Santo Tomás de Aquino.

Más de 2,000 estudiantes se beneficiaron de la instrucción en línea en vivo y de la comunidad de fe que se desarrolló a través del programa. Nos complace continuar la educación católica de manera remota a través de la Academia católica en línea Santo Tomás de Aquino.

Las opciones online continuarán disponibles para aquellos que prosperaron en el aprendizaje virtual o quienes no están aún listos para regresar a las aula físicas. Los triunfos de este año no serían posibles sin las familias que han depositado su fe en nuestras Academias Católicas y Escuelas Parroquiales para educar a sus hijos.

Su compromiso de brindarle a su hijo una educación católica es una responsabilidad que tenemos cerca de nuestro corazón. Los niños son un regalo increíble para nuestra fe.

También es a través de la perseverancia de nuestros estudiantes que nuestras escuelas prosperaron. Los estudiantes, frente a tiempos increíblemente inciertos, mostraron resiliencia y altruismo al concentrar sus esfuerzos en seguir todos los protocolos de seguridad.

Los estudiantes llegaron a la escuela con las máscaras listas, con la mente y el espíritu abiertos al aprendizaje. Su energía positiva ha servido de increíble impulso para nuestras comunidades escolares. Se dice que se necesita un pueblo para criar a un niño.

Este año, realmente llegamos a comprender la importancia del papel de cada interesado en el éxito de nuestras academias católicas y escuelas parroquiales. Nuestras familias, estudiantes, maestros, personal, clérigos y feligreses se unieron para lograr un año exitoso.

Nuestro Año de Renovación para la Educación Católica celebró sus esfuerzos con una cumbre virtual que se puede ver en línea en el enlance https://catholicschoolsbq.org/catholic-education-event/

Nuestras escuelas secundarias católicas dentro de la Diócesis de Brooklyn han jugado un papel vital en este Año de Renovación de la Educación Católica.

A través del Modelo de Consorcio entre las Escuelas Secundarias Católicas y las Academias Católicas/Escuelas Parroquiales, hemos podido ofrecer a los estudiantes cursos avanzados en Ciencias, Matemáticas y Bellas Artes.

A lo largo de la pandemia, hemos compartido recursos con los directores de escuelas secundarias católicas que garantizaron aún más la salud y la seguridad de los profesores, el personal y los estudiantes.

Una de las áreas que ha tenido una gran respuesta ha sido la reconexión de las escuelas secundarias católicas como una extensión de nuestras escuelas primarias dentro de la Diócesis en Brooklyn y Queens.

Nuestras escuelas secundarias católicas desempeñan un papel importante en la misión de la educación católica dentro de la Diócesis de Brooklyn.

Los capellanes de las escuelas secundarias, los sacerdotes de la diócesis y los ministros de los recintos estudiantiles apoyan la identidad católica de cada una de nuestras escuelas secundarias.

En este “Año de Renovación”, definitivamente hemos restaurado nuestra asociación con nuestros directores de escuelas secundarias católicas.

Miramos hacia el futuro para la comunicación continua, el intercambio de recursos educativos y la identificación de formas de fortalecer el modelo de educación católica K-12.

Mientras remamos mar adentro en las profundidades de este desafiante año escolar, estoy lleno de esperanza, habiendo visto cómo nuestras Academias Católicas y Escuelas Parroquiales lograron triunfar.

Gracias a Dios, todos podemos celebrar los triunfos del año pasado, y todos podemos esperar dar la bienvenida a nuestros estudiantes a otro año académico exitoso el próximo septiembre. La matrícula permanece abierta para el año escolar 2021-22 en catholicschoolsbq.org/welcome/