Nuestros emprendedores

Un empresario que ha ganado y perdido, pero sobre todo aprendido

Gustavo Mueses llegó a los Estados Unidos desde República Dominicana, de donde es oriundo, al cumplir los 16 años. Corría el año 1978 cuando dejó atrás la alegría y el calor de su tierra, para establecerse en Brooklyn buscando cumplir esa promesa del llamado “sueño americano”.

Hoy, puede decir con orgullo que es propietario de varios negocios, entre ellos G & E Car Wash, un taller de mecánica general, un centro de cuidado para niños, así como de siete edificios en la ciudad.

¿Pero cómo fue que el adolescente soñador llegó a donde hoy está? La historia de su vida es una muestra de que no hay otra forma que trabajando duro y con determinación.

Gustavo se graduó de la escuela secundaria en República Dominicana, pero desde su llegada a EE.UU. trabajó junto a su madre lavando platos en un restaurante propiedad de un tío suyo. Su jornada terminaba a las 3:00 p.m., y de allí iba a estudiar inglés a un instituto en Manhattan. En 1983 su tío se mudó al estado de Florida y le ofreció a él y a su mamá quedarse con el restaurante.

“Mamá cocinaba y yo pasaba por las factorías a recoger las órdenes de comida en la mañana, alrededor de las 10:00 a.m., y después a las 12:00 p.m. regresaba a repartir los pedidos, luego regresaba para atender a las personas que comían en el restaurante o que compraban comida para llevar”, cuenta Gustavo, quien recuerda que entonces un almuerzo costaba $1,80.

Después quiso dar un paso más hacia la independencia económica y decidió comprar una bodega en Los Sures. “Yo no sabía nada de bodegas, le di trabajo a un muchacho que tenía más experiencia que yo, pero me llevó a la quiebra”, al aprender la lección compró otra bodega en Lafayette con la que le fue mejor, pero una nevada causó daños importantes, dejando el local inservible.

La historia de emprendimiento de este dominicano es un testimonio de lucha y tenacidad pese a lo malo que pueda parecer una situación difícil. “Después me junté con un amigo que tenía un taller de mecánica en Bushwick (Brooklyn) y Flushing (Queens) y comencé a comprar carros en la subasta y venderlos frente a la bodega”, continúa Gustavo, quien con el tiempo se hizo socio de su amigo y decidieron comprar una estación de gasolina en el 239 de Union Avenue en South Williamsburg (Brooklyn).

A principios de la década de 1990, Gustavo compró el lavadero de carros y el taller de mecánica que estaba frente a su estación de gasolina y seis años después su socio decidió retirarse y regresar a República Dominicana.

“Entonces le compré su parte del lease, donde estaba el car wash y la mecánica y más tarde compré la propiedad a los dueños”, dice Gustavo, quien ya en esa fecha comenzó a buscar contratos para su lavadero de autos y para el taller de mecánica y a trabajar con algunos hospitales.

La entrada de estos negocios le permitió invertir en bienes raíces, y decidió comprar unos lotes en Williamsburg para construir un edificio.

En medio de esta inversión llegó el 2008 y estalló la burbuja inmobiliaria, así que los bancos no podían prestarle dinero, y tuvo que aliarse con un judío quien le facilitó el dinero para terminar la construcción.

Hace cinco años Gustavo abrió un daycare center que tuvo que cerrar al llegar la pandemia, pero ahora que ya todo está reabriendo tiene listo personal para volver a operar.

“Siempre he sido mi propio jefe. Yo tomo la última decisión de lo que se va a hacer, cada día estoy aprendiendo cosas nuevas, y eso me ha permitido darle oportunidades a toda mi familia, sobrinos, amigos cercanos para que trabajen y se desarrollen, y formar como un imperio donde todo el mundo se ha beneficiado y eso me llena de satisfacción”, asegura.

Gustavo hoy habla de los momentos más duros de su vida: la muerte de su madre y un hermano menor hace siete años.

En el plano económico, la pérdida de la bodega por la nevada en 1986, que lo llevó a dormir entre latas y a trabajar sin parar las 24 horas para recuperarse. “Lo primero que yo le aconsejo a las personas que quieren empezar un negocio es que se eduquen, que tomen los seminarios que ofrece el Small Business Administration (SBA), que explica cómo conseguir las licencias, cómo hacer planes para el futuro, cómo conseguir préstamos, entre otros temas”, afirma este emprendedor incansable.

“Ya no se trata de comprar a cuatro y vender a cinco”, dice Gustavo. “Ahora hay muchas cosas que se deben saber. También es importante aprender inglés y no depender de otras personas”.

Otro consejo que le da a nuestros emprendedores “que quieren triunfar en el mundo de los negocios, es no mirar la hora ni el día que se trabaja, yo actualmente sigo trabajando seis días, doce horas diarias. Me levanto a las 6:00 a.m. y llego a casa a las 8:00 u 8:30 de la noche”, asegura.

TALLER DE MECÁNICA G&E AUTO REPAIR
225 Union Ave, Brooklyn, NY 11211