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“Una linterna en la oscuridad”: comunidad ayuda a maestra y familia afectados por incendio

Uno de los momentos más aterradores que han vivido la maestra Emily Espinal y su familia fue un incendio que se extendió desde el ático de un vecino hasta su casa el mes pasado.

El 3 de enero, a solo unos días de haber comenzado el año 2021, el dormitorio de Mia, su hija de 6 años, en el segundo piso, lleno de regalos de Navidad recién abiertos, sufrió graves daños en medio de la noche. Afortunadamente, Emily y su familia lograron salir ilesos.

“Cuando llegué arriba, las persianas de sus ventanas ya se estaban derritiendo”, recuerda Emily. “Mientras agarraba a Mia y sus zapatos, supongo que los bomberos ya habían llegado y comenzaron a apagar el incendio en la vivienda contigua. La presión del agua, junto con el fuego, hizo explotar su ventana”.

Cuando Karla Rosero, una madre de una alumna de tercer grado de Espinal en la Academia Católica St. Joseph the Worker, escuchó la historia de lo que había sucedido, quiso ayudar.

“Una vez que obtuve más detalles, me comuniqué con la Sra. Germann [directora de SJTWCA] para crear una campaña de recaudación de fondos [para toda la escuela]”, dijo Rosero, señalando que Espinal ya había creado una Lista de deseos pública de Amazon el 5 de enero. “Es parte de nuestra misión, como cristianos, ayudarnos unos a otros. Creo que fue natural que la comunidad se uniera”.

Las familias compraron y reemplazaron todos los regalos que Mia había perdido y donaron fondos adicionales a la cuenta personal de Venmo de Espinal. Emma Graves, cuyo hijo también está en la clase de Espinal, donó juguetes de su negocio, Brooklyn Herborium, para Mia y su hermano Eli, de 3 años.

“Sabemos la influencia positiva que ella tiene sobre nuestros hijos y nuestras familias porque les muestra con su ejemplo el amor, afecto y aprecio que les tiene”, dijo Graves sobre Espinal. “Para nosotros, poder devolverle lo que perdió y mostrarle ese mismo cariño y aprecio fue realmente increíble”.

Al regresar a la escuela esa semana, Espinal se sorprendió al encontrar múltiples regalos esperándola. “Recuerdo haber venido el jueves 7 de enero, y ni siquiera podía cruzar la puerta de la oficina por la cantidad de bolsas que habían. Y los padres no solo enviaron cosas para mi hija. También mandaron para mi hijo, porque no pudimos subir al segundo piso por varias semanas”.

Desde el incendio, Emily Espinal y su familia han estado viviendo en los pisos inferiores de su departamento dúplex. Ella dijo que tomó alrededor de tres semanas quitar todos los fragmentos de vidrio y deshacerse del colchón dañado por el agua, la ropa de Mia con olor a humo y otros artículos arruinados. El daño, estima, fue de por lo menos $ 10,000 dólares.

Espinal también señaló que Mia ha estado viendo a su terapeuta escolar una vez a la semana. Debido a que Mia estaba teniendo dificultades para dormir después del siniestro, Espinal se acercó a dos padres de su clase, Megan y Joseph Heegan.

Joseph, un teniente de la Engine 284-Ladder 149 en Dyker Heights, invitó a Espinal y a sus hijos a visitar su estación de bomberos para un recorrido especial el 9 de enero.

Durante la visita les explicó a los niños cómo funciona la estación de bomberos y la rapidez con la que él y los otros bomberos responden a las llamadas de emergencia.

También repasó con ellos cómo marcar el 911 y otras reglas generales de seguridad contra incendios.

“Es un evento muy traumático para cualquier persona —y, para un niño, creo que aún más— descubrir cómo lidiar con eso. Creo que gran parte del temor es que pueda volver a suceder, y es difícil superar ese miedo inicial”, explica Heegan. “La idea de llevarlos a la estación de bomberos y mostrarles cómo respondemos creo que los tranquilizará un poco, sabiendo que estamos a solo una llamada de distancia”.

Esa misma noche, Heegan recibió un mensaje de Espinal que decía que era una de las primeras veces que Mia dormía toda la noche.

“Él le explicó por qué nunca se debe volver a la casa a tratar de rescatar algo material durante un incendio”, agregó Espinal. “Él le dijo: ‘Todo eso puede ser reemplazado, pero tú no’. Y creo que eso realmente se quedó con ella”.

Dado que este es su primer año enseñando en la escuela de Windsor Terrace, Espinal dijo que se siente en deuda por el apoyo que le han dado las familias. “Envié un mensaje a todos los padres, agradeciéndoles, y les dije: ‘Durante los tiempos más oscuros de mi hija, esta comunidad sostuvo una linterna para alumbrarla’”, dice Emily. “Nunca podré pagarles”.

“Estoy muy agradecida de ser parte de esta comunidad. La forma en que me apoyaron cuando sentí que estaba tocando fondo, ha sido muy hermosa“, añade.